El Banco de Alimentos de Mérida beneficia actualmente en forma directa a 11 mil personas de escasos recursos, la mayoría ubicadas en la capital yucateca y otras poblaciones cercanas, así como también a varias instituciones que atienden a gente en estado de vulnerabilidad.
El organismo de beneficencia forma parte de una red de más de 58 Bancos de Alimentos, distribuidos en la República Mexicana, cuyo objetivo es mejorar la alimentación de la población vulnerable.
Para lograr esos fines, el Banco de Alimentos trabaja de manera organizada con empresas productoras de alimentos para consumo humano, con quienes ha establecido convenios de donación para que los que ya no son aptos para venta se aprovechen en la alimentación de familias con pobreza alimentaria.
Mil 500 toneladas al año
Actualmente se apoya a unas 11 mil personas de colonias y comisarías de Mérida, comunidades del interior del Estado y a unas 40 organizaciones de la sociedad civil que se encargan de distribuir alimentos a comedores, albergues y centros de rehabilitación.
Para acopiar los alimentos y distribuirlos, el Banco de Alimentos de Mérida cuenta con la colaboración de un centenar de empresas y de las autoridades de los tres niveles de gobierno, lo que permite aprovechar los alimentos perecederos que se desperdician.
De acuerdo a la información dada a conocer por la institución, al año se logra aprovechar hasta mil 500 toneladas de alimentos.
Un reciente estudio del Banco Mundial informa que en México el 34 por ciento del alimento que se produce termina en la basura o como desperdicio, especificándose que ese volumen es lo que se pierde en la cadena de producción o desde la mesa de las familias.
Los beneficiarios
Las personas que reciben el apoyo del Banco de Alimentos son, en su mayoría, beneficiarios directos y los indirectos son los que reciben la ayuda de las asociaciones civiles que acuden al Banco de Alimentos para llevar los productos a sus comedores comunitarios, centros de rehabilitación, casas hogar y todas las organizaciones.
Los alimentos son armados en paquetes nutritivos por voluntarios quienes en vez de recibir un pago por esa labor, reciben también alimentos para su consumo.
De igual forma, el Banco de Alimentos señala que el compromiso no es sólo dar de comer, sino que los paquetes contengan mínimo el 20 por ciento de los requerimientos de energía necesarios para un óptimo desarrollo de las personas que reciben el beneficio.
Los paquetes están dirigidos a familias con niños menores de 11 años, mujeres embarazadas o en período de lactancia, personas con discapacidad y adultos mayores de 60 años.
(Rafael Mis Cobá)