Yucatán

Adaptarse al nuevo horario de clases causa estrés

VALLADOLID, Yucatán, 29 de agosto.- Para muchos estudiantes el regreso a clases, independientemente del nivel escolar al que pertenezcan, es sinónimo de estrés, ya que la sensación de volver a la rutina de estudios, exámenes, tareas escolares y la consecuente ansiedad, no hace distinción de edad.

Por otro lado, para algunos jóvenes lo que en realidad les quita el sueño, es cumplir con las expectativas de sus padres, pues de antemano saben que conforme pasen los semestres tendrán que rendir cuentas y parte del estrés y la presión está relacionada con no fallarle a sus padres.

Podría mencionarse que el regreso a clases es un momento agridulce, pues si bien la mayoría de los niños están eufóricos por los primeros días de Escuela después de las vacaciones, otros dicen estar decepcionados, pues prácticamente se habían acostumbrado a su rutina de dormir tarde y por ende despertar tarde.

Simplemente, a los niños y jóvenes les inquieta tomar conciencia de la presión y las exigencias a las que serán sometidos una vez pisadas las aulas.

Para los hijos la situación puede llegar a ser abrumadora, debido a que se les pone en una posición en la que sienten que simplemente no deben detenerse en los estudios, pero algunas veces tampoco se les brinda el apoyo necesario en casa.

Por otro lado, también están los niños en edad Preescolar (especialmente los más pequeños) que sufren una gran ansiedad por la nueva separación de sus padres y principalmente ese aspecto es lo que los lleva, incluso algunas veces, a negarse a ir a la Escuela.

Lo difícil de la situación es que, según los expertos, los niños son sumamente sensibles a lo dicho por los padres, ya que absorben la información como esponjas.

Los papás deben prestar especial atención a la manera en la que manejan su propia ansiedad.

Los gastos de la Escuela, la adaptación a los horarios, lidiar con situaciones sociales, conflictos con compañeros de clase y maestros son algunos de los factores que detonan el estrés en los miembros de la familia.

Tomando en cuenta todo lo anterior, se aconseja que los padres mantengan una actitud positiva respecto al fin de las vacaciones, pues si ellos están nerviosos por el inicio de clases, entonces su hijo seguramente también va a estar nervioso por la misma situación.

(Alfredo Osorio Aguilar)