Yucatán

Roldán Peniche BarreraYucatán Insólito

El Carnaval de principios del siglo XX

Según don Gustavo Río “el Carnaval, si lo comparamos con el de ahora (escribe en los años 40 del siglo pasado) en que todas las clases sociales se divierten en los paseos y en un sinnúmero de bailes, era una fiesta de ricos. “Y pasa a relatarnos el desfile del Bando del Liceo de Mérida (que caía en sábado) en el que desfilaban “ocho o diez carros lujosísimos, de las familias principales (no de casas comerciales como ahora)”.

Luego nos habla de que en la tarde de ese mismo día salía el carro del Bando de la Sociedad de la Unión, con carros también suntuosos, compitiendo con los del Liceo de Mérida. ¿Y el resto del público? ¿Los cientos y miles de espectadores que ni participaban en carros ni en otra clase de vehículo? Pues se contentaban con ir siguiendo los carros y los bailables embobados con los lujosos trajes de los paseantes. Para ello muchos se instalaban en las aceras de las calles, como el “chinito del cuento”: “sólo milando”. “Yo no alcancé esas épocas, nos refiere el octogenario D. Julián Victoria y Díaz, presidente de los sabios y sabihondos del Moncho’s, pero mis abuelos y mis tíos viejos sí, y se divertían nomás viendo pasar los grandes carros alegóricos con sus rumberas y rumberos entonando a pleno pulmón “La mestiza” del viejo Chan-Cil que no cesaba de tocar su violín”. Un pariente del tío Pascual acudía muy bien empaquetado al Liceo de Mérida con la idea de bailar a partir de las 9 de la noche y como era medio popoff, lo dejaban entrar y entrarle al bailongo hasta que se le zafaban las suelas de los zapatos y luego los mismos zapatos y al final terminaba el show con los puros calcetines ya rotos o descosidos. Ya para entonces eran las cuatro o cinco y todavía estaba oscuro, pero la orquesta no daba un golpe más y se retiraban del Liceo entre las mentadas de los ricachones. (Proseguiremos mañana).

Enseñar jugando

Por Jorge Parra Zapata

Nuevamente el prolífico escritor y poeta Mario Montero Medina, consciente de que en el manejo de la educación es muy conveniente enseñar jugando, nos presenta su más reciente poemario titulado: “Animalitos en Peligro de Extinción”, obra en la que este autor convierte sus poemas en verdaderos auxiliares didácticos, los cuales en una forma sencilla, amena e interesante, logra despertar en los educandos el interés por la observación, la investigación y la creatividad.

Ese estupendo poemario didáctico fue hecho para los niños de educación primaria, sin embargo, por tratar temas de carácter general, logra que toda persona que la lea se sienta deseosa de investigar acerca de los diversos temas que contiene.

Animalitos en Peligro de Extinción es una obra didáctica que nos hace recordar a los maestros de antaño como Juan José Morales, don Luis D. Romero y el propio Gabilondo Soler entre otros, quienes enseñaban a través del juego y el canto, logrando dar a nuestra patria el más importante servicio que es: Instruir a la niñez y a la juventud.

Mario Montero realizó en esta su obra, el ímprobo trabajo de convertir en poesía las características muy propias de gran parte de los animalitos que habitan en nuestro planeta, desde los más pequeños como la hormiga, hasta los más grandes como la ballena y el elefante.

La gran riqueza imaginativa de este autor logra a través de su obra que los niños se interesen por saber cómo es que surgen en los animalitos ciertas características que los hacen únicos. A manera de ejemplo en su poema didáctico “El Gusano Soñador” a manera de cuento describe paso a paso el ciclo vital de la mariposa desde que es una larva hasta el momento en que le salen alas.

Ese poema al igual que todos los demás, despiertan el deseo de investigar en cualquier lector, pero en especial en los niños que siempre están deseosos de saber el porqué de las cosas.

Independientemente de lo anterior Mario Montero no se limita a presentarnos sus poemas didácticos, sino que al término de cada uno de ellos, le formula a los educandos una serie de preguntas relacionadas con el tema, para de esa forma lograr despertar en ellos el interés por la reflexión, la investigación, la observación y la creatividad, las cuales son partes importantísimas en el proceso enseñanza aprendizaje.

Sería muy conveniente que la SEP difundiera la obra “Animalitos en Peligro de Extinción” como libro de lectura en las escuelas primarias, ya que esa obra cumple plenamente con el pensamiento de los grandes maestros de la educación cuando dicen: “La mejor forma de aprender es haciendo y de enseñar jugando”.

Un abrazo

Jorge Parra Zapata