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Por Jorge Parra Zapata

El 18 de septiembre de 1894 nació en la Ciudad de Mérida, Yucatán, el notable escritor yucateco Ermilo Abreu Gómez cuya obra enaltece a nuestra patria y es prestigio en la literatura universal.

Ermilo Abreu Gómez es uno de los más famosos escritores mexicanos cuyas obras han servido a más de una generación y han consolidado su merecido prestigio.

Sin embargo, por celo profesional o por envidia, ha sido uno de los escritores más vilipendiados, inclusive por sus “amigos” tal es el caso de Novo, quien un día amaneció con la vena atravesada y dispuesto a desfigurar y destripar a quien se le pusiera en su camino, ya que en una entrevista se atrevió a decir: “Ermilito o Ermilón o Ermilote tiene pésima redacción y en literatura mexicana los que decidimos somos nosotros no él. Me irrita leer sus escritos, lo veo como un enano, un pigmeo, un pobre diablo. Cuando lo conocí, componía minúsculas revistillas, frívolas, ejercía el periodismo, el cual tratándose de él, se transformaba en un periodismito. Un día, en mi casa, le enseñé “La Inundación Castálida”. Se quedó maravillado y así supo que existía Sor Juana Inés de la Cruz. A partir de ese momento se declaró a control remoto, sabio sanjuanista. La única enemistad real y absoluta de Ermilo Abreu Gómez es con su talento, porque carece de él”.

Esa crítica pueril de Novo contrasta, absolutamente, con la imagen famosa que a nivel internacional se tiene de Ermilo Abreu Gómez, ya que en los círculos artísticos y literarios de carácter mundial lo han catalogado como uno de los más célebres escritores mexicanos.

Obviamente, no se requiere tener una inteligencia privilegiada para darnos cuenta que el celo profesional fue lo que hizo que Novo tratara con tanta severidad y desprecio a su “amigo” Abreu Gómez y la causa podría ser la obra Canek, la cual ya despuntaba para convertirse en un clásico de la literatura universal, como en efecto así fue, puesto que Canek es la obra en la que Ermilo Abreu Gómez vertió toda la ternura de que es capaz, una ternura que se proyecta hacia los humildes y los humillados. El mismo Ermilo ha dicho: “bueno o malo es el libro que mejor refleja mi dolor por el dolor de los humildes, de los indios de mi tierra”.

El comentario que acabamos de mencionar, forma parte del discurso que pronunció el escritor Manuel Maples Arce cuando se le otorgó a Ermilo Abreu Gómez en 1971 el premio Elías Sourasky.

Se hizo necesario conocer la opinión de Ermilo Abreu Gómez respecto a la forma tan despreciativa con que Novo se refirió a sus escritos.

Don Ermilo respondió a la ironía de Novo con voz pausada, baja y breve, sorda e incisiva, de quien tiene la conciencia tranquila en el arte de escribir, limitándose a decir: “En ocasiones, hay gente ociosa que se dedica a buscar defectos inexistentes en mis escritos; pienso que lo hacen por celo profesional, además siempre tengo presente que: “Dos centímetros por encima del nivel de los demás, pueden parecer a la envidia y a la cobardía, la Muralla China”.

Un abrazo

Jorge Parra Zapata

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