En Egipto, Marco Antonio recibió un mensaje enviado por sus partidarios, desde Roma, sobre los planes de Augusto en su contra, pero Marco Antonio briago de amor por Cleopatra no hizo caso; en lugar de preparar su defensa invitó al emisario, Germánico, a un banquete para presentarle a su amada, con la que se casó al repudiar a Octavia. Cuando el general le preguntó a su invitado el motivo de su visita, le dijo: