Roldán Peniche Barrera
Yucatán Insólito
Volaron los años
Paréceme estar viendo al poeta Clemente López Trujillo dirigiendo las maniobras de los cargadores yendo del tingo al tango con grandes cajas de cartón rebosantes de papeles, periódicos del siglo XIX, documentos invaluables y que sé yo, de tesoros hemerográficos para amontonarlos en la sala de la que sería, por disposición del gobernador D. Luis Torres Mesías, el lugar definitivo donde finalmente permanecería la Hemeroteca “José María Pino Suárez” de Yucatán, el año de 1969.
Ya antes el meticuloso artista D. Armando García Franchi había pintado, evitando el excesivo colorido, el retrato del Mártir tabasqueño-yucateco que don Clemente hizo colocar en una de las paredes de la sala de entrada de la institución.
Gente de valía integraba el equipo del Sr. Director: la Sra. Vallado, doña Paquita Paredes de Bello, su hija Paloma, María Jesús Burgos y su hermana Ofelia, el erudito hemerógrafo D. Pedro Castro Aguilar y otras muchas personas que de alguna manera coadyuvaban en la integración de tan valioso tesoro. Cuando D. Clemente fallece en julio de 1981, yo tomé su lugar en la dirección por seis o siete años. Luego vendrían otros, hasta llegar al presente 2019 contando con la Dra. Ena Evia Ricalde, quien en su breve actuación ha desarrollado importantes gestiones para la superación de la Hemeroteca. Recientemente, al cumplirse el medio centenario de vida de la institución, se festejó la efeméride con discursos de los Mtros. Luis Solís, Roldán Peniche, Araceli Poot y la Dra. Evia Ricalde, finalizando el homenaje con un exquisito convite para los numerosos invitados y el infaltable pastel. Desde esta columna deseamos muchos años más a nuestra Hemeroteca, parte vital de la gran Biblioteca.
Poesía Joven de Yucatán
Estadía pasajera
Juan Manuel Góngora Briceño
Tu olor aún queda reservado
en mis labios sedientos de tu ser,
presiento que lo puedes llegar a ver,
como un pensamiento fugado.
Es tu esencia la que endulza.
Con brotes de inocencia. Llegas
a terminar con las bruscas mareas,
a refrescarnos con tu suave brisa.
Prioridad pasar tiempo contigo
que me des calor, que me des abrigo
y sentirme tuyo eternamente.
¡Oh distancia! Ese es mi castigo.
Siempre tras de ti, siempre te persigo,
acechándote muy tiernamente.