Yucatán

Daños en Educación a la Dignidad Maya

Jaime Novelo González

La nueva directiva de educación indígena de la SEGEY se propone –en estricto cumplimiento de la actual y reciente ley y línea no desviable de la educación mexicana– eliminar la continuidad de los daños y secuelas del pasado, que una educación violatoria de los derechos educativos mayas ha producido y todavía produce como inercia de oposición convenenciera y retrógrada. ¿Cuáles son tales daños?

Niños mayas a los que se les devalúa y casi ridiculizan sus sabidurías previas provenientes de su educación intrafamiliar, que sabemos es guardián histórico de las esencias de nuestra cultura maya. Efectivamente hablamos de aulas docentes oficiales donde se niega la lengua maya abierta o veladamente, ya que en el menor de los casos dicha lengua no se usa como principal medio de instrucción, tal y como dicta la Constitución y las leyes educativas. Más aún ocurre, ya que las asambleas de padres son a veces usadas para programar negativamente a los progenitores y abuelos mayas, buscando etnocidamente que se confundan con el supuesto manipulador de que por el bien de sus hijos no les hablen en maya, porque los ancla en el subdesarrollo y la ignorancia, tratando así de atacar los saberes mayas en la base de resistencia cultural maya que por centurias ha mantenido la comunicación y el sentir de la dignidad y el orgullo de ser maya.

Lógicamente el resultado es de niños y jóvenes mayas en Yucatán confundidos, promovidos para renegar de sus orígenes, presentados como fuente de sus penurias como pueblo marginado y pobre, principalmente por el saqueo de sus presupuestos que hace causa fuerte con el paupérrimo estado económico en que viven sus colectivos. Hablamos de una masa estudiantil de bajísimo rendimiento educativo, de alta deserción escolar y de estadísticas horrorosas en la escolaridad de nuestros colectivos ciudadanos mayas.

En las esencias culturales mayas el humanismo es ejemplar en ideas que resaltan la vitalidad de una intangible dignidad patrimonial de la condición humana: como seres humanos somos únicos e irrepetibles, totalmente integrados como personas y colectivos a un entorno vivo, al que damos vitalidad desde nuestra existencia; misma que es garantizada por una energía que emana de la naturaleza y del Universo. Cualquier programa educativo que no se base en esos fundamentos culturales es violatorio y atenta contra la cultura maya yucateca y su potencial magnífico futuro y esplendor.

¿Puede algún sector, que admita con orgullo estatal el privilegio yucateco de nuestra cultura maya, seguir permitiendo por ignorancia, desidia, o falta de compromiso, que las descritas realidades educativas se retrasen en su abolición para dar paso a la única total garantía del sí respeto de la intangible dignidad educativa de nuestros mayas?