Yucatán

Roldán Peniche Barrera

Yucatán Insólito

Ninguno de nuestros diccionarios lo menciona.

Y resulta extraño, principalmente en los regionales, tratándose de un yucatequismo (vulgar si se quiere) que ya se escuchaba en la primera mitad del siglo pasado.

Nosotros se lo escuchamos a nuestros mayores, a nuestros maestros, y a un número de jóvenes molestos por alguna circunstancia.

“Repatear” (virtualmente patear varias veces a un objeto o a una persona) significa “colmar la paciencia a alguien”, “molestarlo”, “disgustarlo” o “subirlo al huayo” (como decimos en Yucatán), debido a actitudes groseras o fastidiosas en contra de alguien hasta hacerlo perder la paciencia.

En el Moncho’s:

-Bien, pues ya es suficiente de holgazanear, queridos sabios -D. Julián, desde la cabeza de la mesa principal del café, tiene la palabra-, por lo cual, sesionaremos hoy.

-Ud. manda, Sr. Presidente.

-Claro que mando y re-mando. Pase Ud. lista, secretario:

-¡Wachy Bates!

-Ausente, en España -grita alguien.

-¡Antuán Novelo!

-En el hospital, operado -dice otro.

-Bueno, pues como no hay quórum, sólo conversaremos Ud. y yo, secre. Hablemos de películas.

-De acuerdo pero… ¡oiga! ¡Ay viene el tío Pascual!

-¿Qué…? ¿Quién…? ¿El tío Pascual? ¡Me “repatea” el demonio! ¡Ya nos aguó la tranquilidad!

Poesía joven de Yucatán

Juan Manuel Góngora Briceño

Llovía esa noche

En esta noche lluviosa de rocío,

en el suelo explotan las gotas,

algunas, desde el cielo, caen rotas.

Son tantas, que naufraga el gran navío.

Caminando despacio en la lluvia

en una latente precipitación.

¿Se nos presentará la ocasión?

¿O solamente seremos burla?

Mojado, agotado, ensimismado,

así continuó este gran teatro

evitando un mortal aluvión.

Reflexionando esta noche lluviosa

en la eternidad, o es gran cosa;

Quedarse despierto en el balcón.