TIZIMIN, Yucatán, 9 de septiembre.- Admirados de cómo los tizimileños son tan felices y tienen una mejor conexión con sus familias con tan pocos recursos, las misioneras procedentes de Nebraska y de Virginia realizaron, como parte de sus obras altruistas, la pintura de varias casas aledañas al Dream Center de la localidad, en busca de fortalecer los lazos de amistad con los vecinos.
Como una muestra del amor del Señor a través de sus servicios, desde temprana hora desarrollaban estas labores con el propósito de renovar la imagen de dichas casas.
Coincidieron en que estas acciones las realizaron con el fin de bendecir a los vecinos mejorando el aspecto de sus hogares y aportando su material y mano de obra para este fin.
Muy entusiasmados efectuaron dichas tareas, conscientes de que en la medida de las posibilidades, las personas deben apoyar a su prójimo en un mundo donde no debe haber barreras, ni diferencias, en el que la ayuda mutua debe ser permanente y desinteresada aportando lo que uno puede dar en beneficio de sus semejantes.
En breve entrevista Jaime McArdle, procedente de Virginia, USA, del Warm Springs Presbiterian Church, acompañado de Tara y Savanah Duna, oriundas de Lincoln, Nebraska, USA, del Christ´s Place Church, externó que ellas desarrollan estas obras porque siguen a Jesús quien en el Evangelio dijo: “Vayan y encuentren a las personas que me necesitan”, señalando que venir a otro lugar y ayudar gente, observar cómo las otras personas viven porque son diferentes a los de su país representa mostrar el amor de Jesús.
Indicaron que la gente tizimileña ha sido muy abierta y hospitalaria, contrario a E.U., que tienen más muros externos, enfatizando que tienen las mismas batallas que sus coterráneos, que tienen problemas en su salud, están preocupados de sus familias y de sus amigos en su comunidad.
“Tal vez la gente no tenga tanta comodidad material como las personas de E.U, pero en sus corazones son más fuertes; en el extranjero tenemos casotas, cuando ellos crecen cada quien tiene su lugar, los niños se desarrollan y no hay una estrecha relación con sus papás, en cambio, cuando vives en una casa pequeña hay más conexión porque siempre tienen que estar juntos para llevarse bien y salir adelante”, puntualizaron concluyendo que la mayoría de los extranjeros en sus corazones son pobres con dinero, y que es más difícil para la gente rica poder amar verdaderamente porque pueden comprar todo lo que quieren y no aprenden a depender unos de otros.
(Texto y fotos: Luis Manuel Pech Sánchez)