Yucatán

¿Qué es el alcoholismo funcional?

Ana María Ancona Teigell

“Día a día, poco a poco, paso a paso.”

A.A.

El alcoholismo no es un vicio, es una enfermedad que ataca a cualquier persona sin considerar sexo, edad o clase social, deteriorando la salud física: cirrosis hepática, alteraciones cardiovasculares, hipertensión, desnutrición, problemas gastrointestinales y aumento de riesgo de ciertos tipos de cáncer. Ocasiona también problemas nerviosos y mentales e incluso daño cerebral permanente. Aumenta los accidentes de tráfico y puede causar la muerte por sobredosis.

Hay un tipo de alcoholismo que los especialistas lo llaman alcohólicos funcionales, son personas normales conscientes de sus continuos consumos abusivos a lo largo del día y debido a su trabajo o posición social. No quieren que los demás los perciban, beben a escondidas o si viven solos llegando a casa comienzan a beber hasta emborracharse, dan excusas para no salir ni convivir con la familia o los amigos. Pero cuando alguien del entorno familiar se da cuenta que tienen un problema con el alcohol, lo niegan, minimizan el problema e incluso ridiculizan a los que tienen una dependencia con el alcohol.

Estas personas necesitan del alcohol. Ellos lo utilizan para relajarse o poder enfrentarse a su día a día. El entorno del afectado influye en el alcoholismo funcional, a pesar de que se use el término con personas aparentemente normales, que además tienen una buena reputación o reconocimiento público, ya que los posibles desmanes no son visibles al público.

Son personas afables, abiertas, conversadoras, serviciales en la calle y tiranos en casa si tienen una familia, con irritabilidad, todo les molesta y no reconocen el esfuerzo de los demás miembros de la familia, con especial desprecio hacia su cónyuge. No aparentan tener ningún problema y si les dicen algo, culpan a los demás.

Los alcohólicos funcionales también encajan en el estereotipo de alcohólicos. Sobre todo en lo que hemos conocido como bebedor social, ya que hace un consumo continuo, sin atracones ni borracheras, sin escándalos, silencioso, pero con una latencia destructiva importante. Generalmente no cumplen con los criterios de abuso alcohólico según se describen en el manual de diagnóstico psiquiátrico. Tienen buenos empleos, desempeñan las tareas esperadas de la vida cotidiana y evitan problemas legales.

Los alcohólicos altamente funcionales están altamente capacitados para llevar vidas dobles. Para el mundo exterior aparentan que llevan su vida bien y desafían el estereotipo del alcohólico, vistiendo a la moda con elegancia, físicamente atractivos, van al gimnasio, etc. Tienden a ocultar su consumo excesivo bebiendo solos o introduciendo furtivamente alcohol antes o después de un evento social, así como disfrazando o dando excusas por el olor etílico de su aliento.

El tratamiento no difiere del resto del alcoholismo. En el caso de estos hay que fijarse más en los daños físicos y en el comportamiento aislado, porque en su casa tienen propensión a discutir si son casados o siempre quieren tener la razón, aunque cumplan en el sentido de ser capaces de ganar un salario.

Hay que motivarlos para que entiendan que les pasa, que se identifiquen con su problema, que sean conscientes de que están enfermos por culpa del alcohol, ya que es básico para su rehabilitación.