Pilar Faller Menéndez
Hablar de libros de género policiaco, nos trae a la mente a la autora británica y hacer referencia a la escritora británica Agatha Christie, nacida en Torquay, Reino Unido, en el año de 1891, y fallecida en 1976 en Wallingford, Inglaterra. Christie ha sido, sin duda, una de las más prolíficas y, sobre todo, más leídas autoras del siglo XX.
Christie se dio a conocer a los 29 años con El misterioso caso de Styles, el cual se publicó en 1920. Este relato fue escrito mientras era enfermera voluntaria durante la Primera Guerra Mundial, en el que aparece Hércules Poirot, el famoso investigador, quien también apareció en otras obras con Miss Marple, quien fuera una señora perspicaz de edad avanzada.
Agatha contrajo nupcias en 1914 con Archibald Christie de quien tomó el apellido, y se divorció en 1928. Esta separación la sumió en una larga depresión, lo que provocó que desapareciera de una manera misteriosa como sus libros: su automóvil fue encontrado abandonado en la noche, cerca de la carretera, sin rastro alguno de la escritora. Once días después, Christie se registró bajo el nombre de una amante de su marido en un hotel y, finalmente, su familia la encontró. Después de someterse a un tratamiento psiquiátrico pudo recuperarse.
Dos años después de este hecho, se casó con el arqueólogo Max Mallowan, a quien acompañó en sus viajes a Irak y Siria, donde pasó largas temporadas durante las cuales surgió la inspiración de muchas de sus novelas, las cuales no fueron pocas, ya que llegó a escribir aproximadamente 200 temas entre novelas y cuentos, entre los cuales, se encuentran Asesinato en Mesopotamia (1930), Muerte en el Nilo (1936) y Cita con la muerte en 1938.
La trama y estructura de las narraciones de Christie tenían un estilo particular: casi todas estaban basadas en un enigma por descubrir, los cuales eran similares, así como el desarrollo se basaba en la observación psicológica.
Christie adaptó algunas de sus novelas al teatro y las novelas más populares llegaron al cine como fue el caso de Asesinato en el Orient-Express, Muerte en el Nilo y Diez negritos. La sorpresa para muchos de sus asiduos lectores, fue que en su última novela titulada Telón, publicada en 1974, en la que da muerte a su famoso personaje Hércules Poirot, después que éste desempeñara su carrera por casi sesenta años.
El asesinato de Roger Ackroyd, una de sus primeras novelas publicada en 1926, es considerada como su mejor obra, en ésta, la autora hizo el relato en primera persona con el fin de ocultar y, al mismo tiempo, revelar la identidad del asesino. En esta novela, el médico rural de apellido Sheppard ayuda al detective Poirot, y también anota un asesinato por envenenamiento ocurrido antes, así como un suicidio y el crimen que se menciona en el título. Sheppard había decidido publicar su informe como uno de los pocos casos “no resueltos”, datos que mantiene encubiertos, pero que al final permite que Poirot viera sus anotaciones.
La propia autora se sentía fascinada y con la necesidad de crear ciertos pasajes del informe, de una forma ambigua, para que al final Poirot lograra reunir las piezas sueltas del rompecabezas, y el lector quede sorprendido por no haber incluido a Sheppard entre los sospechosos. Esta novela y su construcción, al leerse por segunda vez, producen más placer que la primera vez.
Agatha Christie ha tenido miles de admiradores, pero también detractores como escritores y críticos, los cuales la acusan de ser conservadora y exaltar la superioridad británica, aunque también se le reconoce su habilidad para recrear ambientes rurales y urbanos, así como su oído para el diálogo, y la credibilidad que el lector encuentra sobre las motivaciones psicológicas de los asesinos de sus novelas, dejando ver que este acto puede ser cometido por la persona que menos nos imaginamos.
Christie dio vida a dos de los detectives más famosos del género: Hércules Poirot y Miss Marple, una solterona que era en extremo chismosa pero muy observadora, lo que le permitía hacer sorprendentes descubrimientos a través de sus analogías, a los criminales misteriosos tanto de las casas de campo, hoteles y balnearios que visitaba.
En el ámbito del teatro, Agatha Christie también tuvo éxito con obras como La ratonera y Testigo de cargo. La primera se presentó por primera vez en 1952 en Londres, y fue representada ininterrumpidamente durante más de 25 años. Testigo de Cargo, se llevó al cine en 1957 en una versión magnífica que fue dirigida por Billy Wilder.
Al escribir sus novelas de corte sentimental, utilizaba el seudónimo de Mary Westmaccot, pero éstas no tuvieron mucho éxito, aunque pudieron haberlo tenido si hubiera utilizado su nombre real como suele suceder en muchas ocasiones.
Fue nombrada Dama del Imperio Británico
En 1971 fue nombrada Dama del Imperio Británico. Cinco años más tarde, a la edad de 76 años falleció el 12 de enero en Wallingford, Reino Unido.
Publicó 66 novelas policiales, así como diversas novelas rosas y obras de teatro, demostrando que la cantidad en ciertas ocasiones va de la mano con la calidad, ya que el Libro Guinness de los Records la clasificó como la novelista más vendida de todos los tiempos, probablemente hoy superada por la también británica Joanne Rowlin, quien fuera la autora de los libros de Harry Potter.