Yucatán

El doctor en Ciencias Históricas Alberto Prieto Rozos, en este 2019 ha sido merecedor del premio nacional de Ciencias Sociales y Humanísticas. Recibir este reconocimiento me llena de orgullo, expresó.

Su pasión por la historia nació desde la infancia. A diferencia de otros niños que preferían los cuentos tradicionales de magia y fantasía, él escuchaba con atención otras aventuras: las crónicas de la conquista y algunos hechos trascendentales que la mamá le leía.

“Ello influyó tempranamente en mi inclinación hacia dichos estudios, luego despertó en mí el interés por las cuestiones económicas y terminé vinculándolo todo en lo que pudiéramos calificar de politología histórica”. Ese niño más tarde se convirtió en el doctor en Ciencias Históricas Alberto Prieto Rozos, quien en este 2019 ha sido merecedor del Premio Nacional de Ciencias Sociales y Humanísticas.

“Había sido nominado varias veces, pero este es un premio que se otorga por la investigación y obra de toda la vida. Hay muchos intelectuales que lo han merecido y se les ha otorgado, hay otros que también lo merecen. Recibirlo me llena de orgullo y satisfacción. Creo, además, que el haber merecido en el propio 2019 el Premio Nacional de la Crítica por mi libro El Gran Caribe, incidió en la decisión del jurado”.

La comisión que evaluó a los nominados de esta ocasión, presidida por Eduardo Torres-Cuevas, decidió otorgar el reconocimiento a este investigador y pedagogo por sus aportes a los estudios de América Latina y el Caribe. “Cuando comencé a estudiar la Licenciatura en Historia, sobre América Latina a duras penas existían unos pocos libros de los países considerados más importantes. Eso, y los recuentos personales que de sus experiencias propias me transmitió el doctor Manuel Galich, profesor y amigo, sobre nuestro subcontinente, me impulsó a indagar con insistencia sobre los procesos acaecidos y su intervinculación continental. Fue una época en que Casa de las Américas florecía en textos históricos por la encomiable labor de Haydée Santamaría, de cuyos materiales mucho me nutrí”.

Cincuenta y dos años de su vida ha dedicado ininterrumpidamente a la labor como profesor en la Universidad de La Habana, por la que siente “entrañable cariño”. Profesor de varias generaciones, ha desarrollado a la par que la docencia, una intensa labor como investigador. “En realidad, ambas actividades se complementan en todo sentido, pues nada motiva más a los alumnos que ser partícipe de conocimientos novedosos”. Esas investigaciones le permitieron obtener el doctorado en Ciencias Históricas y Ciencias de Nivel Superior. Además, su obra ha sido publicada en más de 30 libros en Cuba y el extranjero.

Cada año se gradúan en nuestras aulas nuevos historiadores, proceso que, asegura Alberto Prieto, tiene “un carácter riguroso”. “Además, el conocimiento de los estudiantes se incrementa cuando una vez graduados cursan programas de maestrías y doctorados, los cuales son altamente exigentes y valorados en el resto del mundo. De ello doy fe, en mi condición de presidente del Tribunal Permanente Nacional de Ciencias Políticas y miembro de honor del de Historia”.

Alberto Prieto, miembro de número de la Academia Cubana de la Historia desde su refundación, merecedor de las órdenes Frank País y Carlos J. Finlay, por la excelencia en la docencia e investigación, respectivamente, se define a sí mismo como un “revolucionario, marxista y fidelista”.

(Tomado de Granma)