“Desde la época prehispánica, los cenotes fueron de gran relevancia, así como durante la época colonial, y en el caso de Mérida, de acuerdo con el último hay 191 de estos cuerpos de agua, pero su uso y condiciones han ido variando por los cambios culturales, económicos y sociales”, destacó ayer el maestro Carlos Evia Cervantes.
Al ofrecer la charla “Los cambios en los espacios subterráneos de Mérida”, en el marco del “VII Simposio sobre Patrimonio Cultural de Mérida. El Género a través de sus múltiples Lecturas”, habló de cómo los cenotes y cuerpos de agua que se encuentran dentro del municipio han ido cambiando sus funciones, desde ser cuerpos de abastecimiento de agua hasta centros nocturnos o centros turísticos.
Mencionó el caso de tres cenotes con especial relevancia: el conocido como Tívoli, el de Tulipanes y el del mercado Lucas de Gálvez.
En el caso del Tívoli, dijo que desde 1880 se tiene registro del uso de este cenote como abastecedor de agua y más tarde se convirtió en balneario, centro turístico y finalmente, el lugar es lo que hoy se conoce como el Instituto Comercial Bancario.
Otro es el caso de Tulipanes, que luego de ser abastecedor de agua desde épocas prehispánicas, se convirtió más tarde en un famoso centro nocturno.
Otro es el cenote que se encuentra bajo del mercado Lucas de Gálvez, que perteneció a lo que fue la Ciudadela de San Benito. Narró cómo, luego de un llamado de la gente del INAH, se descubrió que debajo de este mercado estaba un cenote y que incluso se encontraba limpio y en su momento sirvió para el abasto de agua de los franciscanos.
Casa de los Ladrillos
La entrada a este cenote, que posteriormente fue tapada, se encuentra justo a la entrada del negocio conocido como Ferretería Lara.
Otro de los casos citados, con relación al subterráneo de Mérida, es la Casa Cárdenas o Casa de los Ladrillos en la 62 por 63 de Centro, donde se encontraron una especie de cuevas debajo, pero que no constituyen pasadizos como se creería en algún momento, sino que se cree eran depósitos de comida, una especie de alacena, o en su caso, también funcionó como escondites en caso de que atacaran piratas.
Agregó que los cambios en las cavidades de Mérida no se han dado por sí solos, sino que han sido influidos por el desarrollo de la cultura y, en general, por las actividades llevadas a cabo por los seres humanos y son éstos los que van marcando el uso que se les da.
(David Rico)