Yucatán

Epifanía: Manifestación de Dios

PROGRESO, Yucatán, 5 de enero.- La Epifanía significa manifestación de Dios que envió a su Hijo para la salvación de la humanidad, El estaba ahí, pero ni profetas, escribas ni fariseos se dieron cuenta, a diferencia de los Tres Reyes.

El Pbro. Oscar Manuel Cetina Vega, párroco de la Purísima Concepción y de San José de este puerto, dio a conocer en su homilía sobre el Día de Reyes.

El nacimiento de Jesús es clave en nuestra fe, no se trata sólo del nacimiento de un profeta, ni siquiera del nacimiento de un Mesías salvador.

Afirmamos que en Jesús Dios se encarnó, Dios se hizo carne, toda la parafernalia de luces, celebraciones, regalos y consumismo de estos días se monta en torno a ese hecho tan sencillo como profundo en significado para la historia de la humanidad y para las relaciones de las personas entre sí.

En aquel niño que nació en Belén, en un pesebre, hijo de María y José, está presente Dios mismo, nuestro mundo celebra, aunque muchos sin saberlo conscientemente, la alegría más profunda, auténtica y verdadera posible.

Dios se ha hecho uno de nosotros y ha asumido nuestra carne con todas sus consecuencias, nada del mundo ha sido igual desde aquel momento.

Jesús, Dios Encarnado, significa un cambio radical en nuestra historia, una novedad tan absoluta que nada puede ser ya como antes.

Debemos estar preparados para la llegada de Jesús, donde relacionamos a los Reyes que eran de otras nacionalidades y que estos siguiendo la estrella de Belén, lo encontraron, eran de otras nacionalidades, con lenguas diferentes, pero encontraron a Jesús para adorarlo.

Este domingo es la fiesta de la Epifanía porque celebramos la manifestación del Salvador a toda la humanidad, celebración con la cual culmina la Navidad.

Del niño nacido en un pesebre es reconocido como el Salvador, el Mesías esperado, en primer lugar por los pastores, que fueron los primeros que se acercaron a adorarlo.

Los pastores representan al pueblo de Israel, ellos glorificaron y alabaron a Dios por haber visto al niño, son unos Magos de Oriente los que se acercan a visitar al niño. Provienen de tierras lejanas, realizaron un largo viaje guiados por una estrella, para adorar al Rey de los Judíos, aun cuando estos no eran judíos.

La tradición ha puesto nombres a estos Magos: Melchor, Gaspar y Baltasar, estos de tres razas principales de la tierra: blanco, amarillo y negro.

Que llegaron a Belén para adorar no sólo al Rey de los Judíos, sino al que reconocían como rey y señor de toda la humanidad, los regalos que le llevaron: oro, incienso y mirra, son una muestra de ese reconocimiento, son regalos propios de un rey, que en ningún caso se hacían a otra persona.

Esta es la gran ceremonia de reconocimiento del Salvador por todos los pueblos de la tierra, hay un dato importante a tener en cuenta, Jesús el Salvador de todos los pueblos, el que es adorado como rey, es apenas un niño que está en una cuadra y recostado en un pesebre.

No es un rey al estilo de los demás reyes, es muy diferente, habrá que estar atento a cuando crezca para ver cómo va a ser su reinado.

Además, también un dato importante, en este momento de epifanía, de manifestación ante todos los pueblos del Salvador, está ya presente la traición, cuando Herodes teme que el nuevo rey le vaya a quitar su poder.

Del Mesías no se sabe hasta los 30 años cuando Jesús comienza a manifestarse como el Salvador de la humanidad, hoy es día de celebrar en familia nuestra fe en Jesús.

(Julio Jiménez Mendoza)