Yucatán

Dia de Muertos en Tekantó: Sólo habrá pan y chocolate

Debido a los golpes económicos resultados de la pandemia, muchas familias de Tekantó se ven en la necesidad de realizar altares mas austeros.

La conmemoración del Día de Muertos es una tradición muy arraigada en México, y en las poblaciones mayas se acostumbra hacer como muestra de cariño hacia Los Fieles Difuntos, el “Hanal Pixán” (Comida de la Ánimas), en este contexto, familias se preparan para adornar los altares a sus seres queridos que ya partieron, pero en este año, la pandemia por el coronavirus y la crisis económica que trajo consigo, ha orillado que personas como Francisca Bacab Matú, los platillos serán menos.

Francisca es vecina de Tekantó e indicó que lleva muchos años que celebra el Día de Muertos porque desde muy pequeña se lo inculcaron sus padres. Dijo que prepara comida, como relleno blanco, negro, sac col (atole de maíz), pollo en escabeche, o puchero, según la comida que en vida le gustaba al difunto.

Agregó que en los rezos de ocho días se acostumbra hacer los pibes, o también conocidos como mucbipollos, “es todo un trajín; el recado rojo, manteca de cerdo, hoja de plátano para envolverlos, masa, carne de pollo y puerco, espelón, tomate, cebolla”.

Lamentó que todos los ingredientes son costosos, “te cuesta una pib, una inversión según el tamaño, más de 400 pesos; (luego) la comida, dulces, productos que sirven para el altar, asciende a más de mil pesos”.

Otro caso, el de Basilia Pool Tun, mencionó que, por cuestión de economía, y salud, solo pondrá pan y chocolate, pues la pandemia del COVID-19, cambió la forma de celebrar las costumbres y tradiciones por el día de los difuntos. “Este año no hay para los pibes, es difícil la situación económica, tampoco podemos reunirnos para evitar las aglomeraciones y posibles contagios de coronavirus”, dijo.

Las visitas en el panteón va ser escaso porque la gente no va salir, para no exponerse, agregó doña Basilia.

Por otra parte, en los centros educativos, por la pandemia, no hay clases presenciales, y en esta ocasión no habrá concursos de altares como normalmente se hacía cada año para inculcar los valores y tradiciones.

La maestra Fanny Avilés dijo que los pequeños disfrutaban de estas fechas, participaban con sus maestros en la construcción de casitas de paja, los altares, con dulces, atole, pan, tamales, lo que les encantaba degustar a los niños de las escuelas.

Mencionó que este año se extrañará la caracterización de las catrinas, mezclando con la tradición maya, los hipiles de niñas y niños ataviados de mestizos, el paseo de ánimas, entre otras actividades.

Por Jesús Lugo Can