Yucatán

Tizimín: Pese a las inclemencias, perdura la tradición

Pese de todo pronostico, habitantes de la localidad se prepararon para el tradicional 'Hanal Pixán'

La pandemia no fue impedimento y como marcan las costumbres y tradiciones, el mundo de los vivos se conjugó con el de los muertos en su reencuentro místico y enigmático, a través de los altares de Hanal Pixán que se desarrollaron sin tanta conglomeración y siguiendo los protocolos sanitarios en varios hogares tizimileños.

Es así como numerosas familias le dieron la bienvenida a los finados, como parte de la herencia cultural maya en la que se continúa rezando y ofrendando por la memoria de los fieles difuntos, ya que se cree que los pixanes (ánimas) visitan a sus familiares en estos días, aunque no fue mucha la ofrenda que les dedicaron, las familias hicieron un gran esfuerzo pese a la crisis económica para ofrecerles un banquete digno a sus seres queridos fallecidos.

Tal y como sucede en el hogar de la familia Pech Dzul, donde desde las cuatro y media de la madrugada iniciaron los rezos a los fieles difuntos, este sábado se les dedicó el altar a los niños fallecidos y al amanecer de este domingo se les dio la bienvenida a los difuntos adultos, para luego el 2 de noviembre celebrar a ambos.

Año con año desarrollan esta celebración siguiendo las creencias que les dejaron como herencia cultural sus antepasados, se esmeran en la elaboración del altar del Hanal Pixán donde, afirman, acuden los difuntos para compartir con los vivos, mientras se encuentran en este mundo terrenal y por ellos les colocan comida típica de la región, dulces y bebidas que los fallecidos degustaban durante su existencia física, a manera de ofrecerles una cálida estancia antes de su regreso al inframundo.

Entre los miembros de esta familia Héctor y Martha Pech compartieron que las ánimas a las que se ofrenda la celebración reciben la gracia de la comida y el rezo si se les ofrece de corazón y esto se pone de manifiesto cuando la vela titila durante el rosario, según las creencias, debido a que el ánima del difunto está presente.

Cumplieron pese a la falta de recursos

Aunque no consiguieron la ofrenda por la falta de recursos económicos varias familias cumplieron dándoles la bienvenida a sus difuntos con sus rosarios y oraciones.

Una de ellas es la de los septuagenarios Alfredo Cahuich Collí y María Candelaria Chuc Pool, quienes viven solos y dependen de la venta de dulces y chicharrones que ejerce don Alfredo, quien externó que a duras penas alcanzan para comer, pues casi no tiene ventas, sin embargo, recalcaron que para ellos es un sentimiento de alegría saber que los visitarán sus seres queridos fallecidos y no dudaron en recibirlos con rezos, a sabiendas de que las ánimas tomarán la gracia, ya que, según afirma, resulta más valiosa una oración que un manjar que pueda recibir el difunto.

Es así como coinciden con muchos ciudadanos en que resulta lamentable que en la actualidad se vaya perdiendo esta tradición, porque mucha gente dejó de ofrendar a sus difuntos debido a que la economía no se los permite, pues todo está caro y a muchas familias no les alcanza para adquirir los productos que deben depositarse en el altar, sin embargo, a través de las oraciones les demuestran el afecto que les tienen a los seres queridos que se adelantaron en el camino y a los que reciben llenos de alegría, pero sobre todo con mucho amor.

La lluvia no pudo faltar

Según las creencias la lluvia es un elemento indicativo de la llegada de los fieles difuntos y ésta no se hizo esperar desde el amanecer del sábado, no fue impedimento para que las personas acudieran a adquirir los ingredientes y alimentos que depositarían como ofrenda en el altar.

El comercio organizado registró bajas ventas

El presidente de la Cámara Nacional de Comercio Servicios y Turismo de Mérida (Canaco Servytur Mérida), delegación Tizimín, Julio Enrique LLánes Gómez, reveló que pese a la reactivación económica el comercio organizado ha registrado una tendencia no favorable hacia la demanda de productos propios de la celebración de los muertos por las restricciones propias de la contingencia y debido a la ausencia de las celebraciones que se acostumbraban realizar año con año tanto en sitios públicos de manera abierta a la población, en las escuelas y en tantas fiestas, incluso de Hallowen que se realizaban de manera más masiva.

Expuso que ahora la gente sólo se limitará a celebrar a sus muertos en sus hogares, en su familia, y no es la misma cantidad de productos los que requerirán.

Manifestó que en años anteriores para estas fechas había una derrama económica muy importante que no se está palpando, pero enfatizó que los comerciantes están luchando por salir adelante de esta crisis con la mejor actitud, confiando en que mejoren sus ventas en el Buen Fin que en esta ocasión evoluciona y se realizará de manera presencial y virtual del 9 al 20 de noviembre, al igual que esperan que les vaya bien en la temporada decembrina para recuperarse de tantas afecciones que han resentido durante la contingencia, destacando que se estima que durante esta celebración dedicada a los muertos sus ventas se encuentran un 40% a la baja, enfatizando que uno de los factores clave son el hecho de que mucha gente está afectada en su economía a consecuencia de la pandemia y de los recientes fenómenos naturales que impactaron al municipio.

En el mercado las ventas fueron regulares

Desde muy temprano el mercado municipal fue abarrotado por muchas personas que acudieron a realizar las compras de los alimentos que depositarían a sus difuntos en el altar de Hanal Pixán.

Comerciantes de verduras, frutas, dulces tradicionales y velas, como María Petul Miss y Francisca Chan Uh, coincidieron en que sus ingresos han sido menores en comparación con otros tiempos en que la gente compraba bastantes ingredientes para preparar numerosos pibes o mucha comida, incluso para compartir con sus familiares, sin embargo, en la actualidad por el gran aumento en los precios, la carencia de recursos económicos y la falta de fuentes de empleo prefieren omitir estos gastos y utilizar el dinero en el sustento familiar y la comida del día, por lo que elaboraban solamente lo que les alcanzaba para ofrendar lo mínimo en el altar.

Otros, como Fidelia Uh Canché y Santiago Dzul Chan, mencionaron que la mayoría de las familias que conservan la tradición maya de honrar a sus muertos, se dedicaron a la elaboración un guiso aunque en poca cantidad que en vida les gustaba a sus parientes fallecidos, como parte de las costumbres que año con año realizan para darles la bienvenida a las ánimas que retornan al inframundo sin tomar en cuenta otras ofrendas, ya que no les alcanzaba para comprarlas.

Entre bromas expresaban que este año los muertos no tendrán la dicha de saciar del todo su apetito en su visita al mundo terrenal a causa del alza de los precios de muchos productos del altar y al escaso poder adquisitivo que tienen las personas.

Por Luis Manuel Pech Sánchez