Para nadie es un secreto que los mayas utilizaban los cenotes para realizar diferentes rituales, ya que eran considerados una ventana hacia el mundo de los muertos llamado Xibalbá.
Se estima que existen más de 10 mil cuerpos de agua en la Península de Yucatán; sin embargo, apenas el 20 por ciento de estos han sido descubiertos, entre los que destaca el cenote sagrado ubicado en Chichén Itzá.
Según narra la historia, este fue escenario de importantes ofrendas, entre ellas el sacrificios de mujeres, así como algunas piezas, la mayoría de oro, arrojadas al fondo de este cuerpo de agua.
Para los mayas el oro era apreciado, no por su precio o valor, sino por ser un metal maleable y que le permitía realizar otras cosas, de ahí que la mayoría de las objetos que fueron sacadas del cenote sagrado de Chichén Itzá sean de este material.
Entre los objetos que destacan se encuentran:
- Un hermoso penacho, banda frontal, o tiara, de ocho pulgadas de largo por cuatro de ancho de un bonito trabajo comprendiendo serpientes entrelazadas con tocados de plumas, considerado el mejor que se ha encontrado en la región maya.
- Ocho figuras de animales y reptiles de oro macizo y bien acabados. Entre los animales destacan ranas y monos.
- Catorce objetos pequeños en forma de candeleros, de oro puro.
- Cuarenta objetos sin clasificación, de oro puro, o de oro mezclado con bronce; sandalias, discos, objetos en forma de regatón, piezas completas y fragmentos formando parte de los escudos y otros adornos.
- Una máscara de oro macizo de siete pulgadas de diámetro con los ojos cerrados, representando una persona dormida o muerta y teniendo sobre el párpado derecho de la misma figura en cruz semejante la llamada trompa de elefante.
Por Redacción Digital Por Esto!
JG