Yucatán

Santos Reyes son bajados entre medidas sanitarias en Tizimín

Con medidas de salud se realizó la celebración religiosa en el Santuario de Reyes
Foto: Luis Manuel Pech Sánchez

Pidiendo por todas las personas que han fallecido por muerte evitable e invitando a vivir las celebraciones no como una evasión después de un tiempo de confinamiento, sino como una oportunidad de valorar la existencia buscando nuevas formas de vivir la fe acordes con llamada nueva realidad, se desarrolló la tradicional Bajada de los Santos Reyes que marca el inicio de la fiesta religiosa.

La solemne celebración litúrgica fue oficiada en el Santuario de Reyes por el párroco Pedro José Echeverría López, quien concelebró con los vicarios Juan Carlos San Juan San Agustín y Juan Carlos Pat Itzá.

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De principio a fin, la misa estuvo apegada a la nueva normalidad y con los estrictos protocolos sanitarios dentro del santuario al que solamente asistieron 115 personas, que representan el 30% de la capacidad del recinto, después se restringió la entrada acorde con las normas preventivas para evitar contagios de coronavirus.

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Desde su ingreso al santuario a los feligreses se les sanitizaba, les aplicaban gel antibacterial y se les tomaba la temperatura; la capilla de velas también recepcionó alrededor de 20 creyentes que acudieron a esta solemne celebración guardando la sana distancia.

La bajada de las sagradas imágenes estuvo a cargo del párroco Pedro Echeverría López y del vicario Juan Carlos San Juan San Agustín; antes de depositar las efigies en las urnas ubicadas a un costado del pesebre a los pies del altar mayor, cada una de ellas fue cargada por los custodios que realizaron un recorrido por el pasillo central del santuario ante la mirada y desbordante devoción de los presentes que emitían plegarias a su paso.

Al concluir la celebración litúrgica se desarrolló un recorrido de los santos patronos a bordo de una camioneta por diferentes colonias del Sur de la ciudad, en alusión a que en este año por la pandemia ellos se vuelven peregrinos que van a visitar a sus fieles.

Numerosas personas decoraron las puertas de sus hogares con globos o colocando flores, limonarias o un altar como muestra de reverencia al paso de Gaspar, Melchor y Baltazar.

En su mensaje, el párroco Pedro José Echeverría López enfatizó que el Evangelio nos invita a vivir con un mayor recogimiento, con una valoración de la vida humana que Dios mismo ha elevado a la dignidad al hacerse hombre con un cuidado exquisito por el desarrollo de esta vida, desde sus mismos orígenes hasta su fin natural y con un compromiso serio de velar los unos por los otros, en solidaridad con el dolor de tantas familias que han salido lastimadas, que han sufrido pérdidas irreparables en muchos sentidos, pero principalmente por la ausencia de sus seres queridos.

Puntualizó que la fiesta patronal empieza siempre en la fecha de los Santos Inocentes y nos invita a preguntarnos sobre nuestros miedos, sobre aquellas cosas que nos hacen actuar de manera irreflexiva, incluso llegando a causar daño a los demás.

Acorde con ello, recordó que los Magos del Oriente evitaron regresar con Herodes para decirle dónde habían encontrado al Niño Dios y que su decisión protegió la vida del Mesías, pero no estuvo en sus manos contener la maldad del rey, quien al final de cuentas aparece en el relato de la muerte de los niños inocentes, muy a tono con los rasgos de su personalidad como un hombre obsesionado por el poder, capaz de todo para alcanzarlo y conservarlo, pues todo su reinado estuvo impregnado de hazañas criminales a las que llegaba por conseguir sus objetivos.

Recalcó que este año la fiesta patronal será distinta, que ya lo sabemos, pero lo más importante es tener claro en qué sentido hablamos de una fiesta distinta.

Señaló la importancia de ofrecer la misa por los difuntos de esta pandemia, por los de todo el mundo, de México y por los de Tizimín, pues indicó que esa puede ser una buena opción de celebración, no como una evasión de nuestras dificultades y problemas, sino como un sentido que produzca fruto en medio de tanta esterilidad, pidiéndole al Señor que nos conceda la gracia de vivir con ese espíritu esta celebración.