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Vecinos logran amparo contra gasolinera irregular

Una gasolinera de la empresa G500 tuvo que dejar de operar ayer por la tarde luego de que los vecinos del Fraccionamiento Vista Alegre lograron un amparo del Juzgado Quinto de Distrito, además de que depositaron la garantía de 50 mil pesos para que se coloquen los sellos respectivos.

Los vecinos lograron el amparo porque no se cumplió la normativa de Desarrollo Urbano que dice que una gasolinera debe estar al menos a 500 metros de distancia de otra, pero ésta se construyó a 400 metros de otras dos.

Uno de los vecinos, Carlos de Pavía, dijo que el terreno originalmente era de índole habitacional, por eso el Ayuntamiento había negado los permisos, “pero por gracia del espíritu santo se cambió el uso de suelo y, bueno, esa irregularidad la explicamos en el amparo”.

Por su parte, Gloria Palmer dijo que el amparo del Juzgado del Distrito Quinto de Yucatán se obtuvo porque pudieron probar que se cometieron varias irregularidades en el cambio de uso de suelo.

La principal preocupación de los ciudadanos era el daño a la salud que podría provocar que una estación que maneja combustible estuviera tan cerca de sus viviendas, agregó.

Este proceso jurídico fue en contra de todo lo que se permitió en la construcción de la gasolinera, desde lo ocurrido con el Ayuntamiento de Mérida hasta los permisos otorgados por la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (Asea).

Obtuvieron un amparo para cancelar la licencia de construcción y la operación de esa estación localizada al Norte de Mérida y por eso es que se cerró, aunque la empresa ha solicitado un recurso de revisión ante un tribunal colegiado para tratar de echar abajo el amparo.

Cabe anotar que aun cuando los inspectores colocaron los sellos de clausura en la mañana, luego de que se retiraron los empleados de la empresa G500 los quitaron y continuaron trabajando, en clara violación de la ley.

Ante la anomalía los vecinos dieron aviso a las autoridades, quienes regresaron para de nuevo colocar los sellos rojos, sólo que esta vez hasta en las bombas de gasolina y en las puertas de las oficinas administrativas.

(Rafael Gómez Chi)

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