Eliseo Martín Burgos
El Obispo de Cataluña ordenó que en su diócesis todas las amas de llaves de los párrocos no deberían ser menores de cuarenta años de edad. Durante una visita del Obispo a la parroquia de Vallfogona, fue atendido por una joven muy bella; entonces le preguntó al párroco por la edad de su ama de llaves.
–Tiene veinte años, ilustrísima.
–Monseñor, eso contradice mis órdenes.
–Es que hay otra de la misma edad –respondió.
Acto seguido llamó a la otra que resultó más bella que la primera.
–Esto resulta peor, ¿dos en lugar de sólo una?
–No, con su perdón: dos de veinte hacen los cuarenta, que ordena el reglamento –concluyó.
Antología del Chascarrillo
Segunda Epoca