Yucatán

Dra. Sylvia Zenteno Ruano

El descuido de no ampliar su punto de vista,ha mantenido a algunas personas haciendo la misma cosa toda su vida.

… y ahora se arriscan porque un progresista quiere enderezar el barco que se hunde…

¡Qué pichicateros!

III

Como decíamos en la colaboración anterior, esos pichicateros andan “de uñas”, porque al presidente le empiezan a salir bien algunas cosas… si no me creen lean cómo vamos en exportaciones, paridad cambiaria con el dólar, y varias cosas más… ¡re mentecatos!, son capaces de desear que el país se hunda, con tal de decir ¿ya viste?… Yo dije primero que no servía para nada el “cabecita de algodón”… ¡O sea! …Pichicatos con cerebro de pulpo, hacen toda clase de escándalos, memes, y reclamos, porque a un mes y medio de la instalación del INSABI, éste aún no marcha como relojito suizo… ¡no jodan!

Cabezones que son, andan en la búsqueda del “pintito del arroz” de esta administración, sin ver, como decían antes, “la viga en el propio ojo”, ya ¡ni friegan! Pero… para que se vayan educando los que levantan la voz pichicatera, ahí les van algunos datos “que pasaron por debajo de la mesa” en los sexenios anteriores, y digo los sexenios pues son 3, los que habían estado haciendo “su agosto,” y ahora se les están cayendo los chones de coraje, de ver que se les acabó su maicito.

Va pues…

El tan mentado Seguro Popular, ahora en desgracia, definió inicialmente, en el año foxiano de 2001, un paquete de 78 intervenciones, tanto en el primer, como en el segundo nivel de atención, estas intervenciones cubrían el 85% del total de la demanda principal de atención, así, hubieron de pasar casi 3 años, para que se considerara cerrada la “fase piloto”, habiendo afiliado para entonces a un millón de personas. Para febrero de 2005… o sea…4 años después de haber sido “cacaraqueado” el programa, se había logrado incorporar ya, a 31 estados. Sí, mis estimados 98 lectores, leyeron bien… 4 años después … no un mes 19 días… entonces me pregunto y les pregunto ¿dónde habrán estado entonces, Ciro Gómez Leyva, Raymundo Riva Palacio. López Dóriga, Loretito, la Dresser, bueno hasta Brozo? Que nuuuunca dijeron ni pío… ¡Yo no los leí, ni escuché jamás descalificar la puesta en acción de este programa taaaan demorado! ¡¿Ustedes sí?!

En fin, que desde entonces y de acuerdo al federalismo mexicano, cada estado fue teniendo la posibilidad de agregar intervenciones al paquete de acuerdo a su conveniencia y capacidad financiera, por lo que los programas en realidad no fueron uniformes, cada estado lo diseñó a su leal saber y entender, y eso dio lugar igualmente a grandes diferencias en su costo, y en la aplicación de recursos que se convirtieron en muuuuy complicadas de supervisar y de operar, y, desde luego, espacio más que ideal, para darle la opacidad en la que se empezó a manejar a partir de 2006…

Daré solamente “un botón de muestra” de lo que se encontró el gobierno actual al iniciar la gestión 2018-2024. Pongo, como ejemplo, lo descubierto en el estado de Jalisco, por cierto…uno de los estados que ahora se niegan a participar en el INSABI.

El Seguro Popular en Jalisco, en tiempos del Dr. Antonio Cruces Mada, en ese momento Secretario de Salud de Jalisco del gobierno de Aristóteles Sandoval, y estando en funciones a nivel federal el Dr. José Narro Robles (2012-2018), empezó a incluir la posibilidad de que hospitales privados dieran tratamientos que el Sector Salud estatal no podía. Al considerar que la demanda de servicios, en ocasiones rebasaba la capacidad de las instalaciones gubernamentales, particularmente en lo relacionado a cáncer de mama, se estableció un cálculo de más de 3 mil mujeres en lista de espera, para ser tratadas por esa enfermedad, por lo que se determinó que era una buena opción que nosocomios privados solicitaran su incorporación al Seguro Popular para atender a estas mujeres…. Vean ustedes mis queridos lectores, cómo se fueron “modificando” los servicios a nivel estatal… digo… en Jalisco… aquí… nooo… ¡desde luego!

… “Los hospitales privados entonces, fueron “logrando” darse “de alta”, para recibir mujeres con cáncer de mama, y todo era “miel sobre hojuelas”, pues del recurso para “gastos catastróficos”, les ingresaba el “reembolso” a sus servicios… Pero, ¡oh! ¡Sorpresa! De repente, vieron que la Secretaría de Salud estatal, dejó de remitirles pacientes. ¡OMG!... De la decena de enfermas que incorporaban al mes, de pronto el número pasó, sin mediar explicación o cláusula alguna, a cero. Obvio, los directivos de esas clínicas buscaron una entrevista con quien habían acordado estos “logros”, entonces el Dr. Cruces Mada les expuso haber recibido un extrañamiento que cancelaba la remisión de pacientes, por instrucciones del Sector Salud federal a cargo del Dr. José Narro Robles. Los facultativos privados le hicieron ver a Cruces que las instalaciones oficiales estaban rebasadas, y la respuesta fue la misma. Indignados estos directores, elevaron su reclamo a las oficinas centrales del Seguro Popular en la capital del país, y regresaron sin respuesta…. Las cosas se estaban poniendo candentes, y lo que los directores de estas clínicas “no entendían” era que el Gobierno federal ya le pisaba los talones al Dr. Cruces Mada y que “su cochinito” estaba por romperse. Cabe recordar que antes de ser Secretario de Salud, fue desde 2013, ni más ni menos, el encargado del Seguro Popular en Jalisco, habiendo dejado el cargo con denuncias sobre su actuar, en manos de Celso Montiel del Angel, quien dirigía la Comisión contra Riesgos Sanitarios en Jalisco (COPRISJAL). Nadie sabe hasta hoy, bien a bien, qué sucedió, pero el hecho es que Cruces Mada se encuentra hoy bajo proceso por un presunto desvío de 605 millones de pesos.

Fuente https://www.ntrguadalajara.com/post.php?id_nota=103382

… “A menos de cinco meses de que terminara la administración estatal que encabezó Jorge Aristóteles Sandoval Díaz, (1 de marzo del 2013/ a 5 de diciembre del 2018). Jalisco tenía pendiente aclarar sobre 3,728.5 millones de pesos de irregularidades encontradas por la Auditoría Superior de la Federación (ASF) en la aplicación de los recursos del Seguro Popular, el 96.7 por ciento de ese monto eran recursos de la gestión de Antonio Cruces Mada”.

Fuente: www.ntrguadalajara.com

¿Ya vieron mis amigos lectores hermosos, con este botón de muestra cómo se cocinaban las cosas desde tiempos del “bien amado” Fecal, mejor conocido como Comandante Borolas, ¿hoy en vías de reciclaje...? … Pues no pararon los desvíos en tiempos del hoy, no muy tranquilo EPN... El Seguro Popular concebido como un Seguro Médico, público y voluntario, que fomentaba la atención oportuna a la salud, a través de un mecanismo de protección del patrimonio familiar, y que ofrecía -en 2005-, atención médica, estudios y medicamentos sin costo al momento de utilizarlos, tuvo muchos altibajos en su administración estatal, que fueron encubiertos desde la dirección federal de éste. Parecía una maravilla pues garantizaba el acceso a un paquete de servicios de salud, que Fecal dejó con cobertura de 154 padecimientos, y los medicamentos asociados a dichos padecimientos. Ya con Peña (2012/2013) se empezaron a clasificar éstos, en 9 conglomerados o grupos de servicios, y con el paso de los años se fue ampliando el conglomerado inicial, siendo entonces sustituido por el Catálogo Universal de Servicios Esenciales de Salud (CAUSES), de modo que las intervenciones o enfermedades cubiertas por el Seguro Popular, aumentaron de 154 a 249, donde se empezó a incluir paulatinamente nuevos tipos de cáncer infantil, que solo protegió a NIÑOS MENORES DE 5 AÑOS… dejando fuera a los mayores de esa edad y a los adolescentes y adultos.

El Seguro Popular fue siendo “invitado” a “incluirse” en la red de hospitales públicos en cada estado, incluyendo básicamente, los centros de salud, dependientes de la Secretaría de Salud estatal, sin realmente ser integrado al funcionamiento de dichos hospitales, manteniendo el uso de las infraestructuras y restando presupuesto original de la SSA. Como “inquilinos” con administraciones separadas, las atenciones a los pacientes se registraban y amparaban en el documento fuente conocido como “CAUCES”, a través del cual, el Seguro Popular “REINTEGRABA” a los hospitales el gasto erogado de sus presupuestos para la atención de los usuarios. Así y todo, al concluir el sexenio de FeCal alcanzó la meta de “haber logrado” inscribir a 5.1 millones de familias en el país, quedando presente, según esto, en 1,657 municipios, y en 42,873 localidades, y reportando haber otorgado la atención en 348 hospitales Generales y en 7,338 Centros de Salud, calculando un total de 3,778,653 familias afiliadas que pertenecen al primer o segundo decil de ingreso; es decir, familias que no pagaron nada por su atención.

Hasta aquí cualquiera diría… ¡Qué maravilla! ¡Qué bondad del Gobierno Federal! ¡Cómo alguien puede estar en contra de esta maravilla de sistema, que ni Obama pudo igualar con su Obama Care!… pues ante tanta belleza, algún gato escondido podía aparecer… Y ¡zaz!, efectivamente, con el paso de los años, los enanos empezaron a crecer y los esqueletos guardados en el clóset, empezaron a revivir y a apestar... Lo primero que se detectó, así casualmente, es que miles de personas gozaban de los beneficios de Seguro Popular, del IMSS y del ISSSTE, ¡SIMULTANEAMENTE! creando sus “personales estilos” de recibir sus tratamientos, o sea… si en alguna institución los tiempos de espera entre consultas se alargaban, acudían “intercalando” sus consultas en alguno de los otros servicios, para recibir sus medicamentos en forma gratuita, o acortando sus tiempos de espera para consultas de especialidad o de cirugías, creando expedientes duplicados.

De tal suerte se volvió híper costoso este “estilacho” para el gobierno federal, que durante el año 2017-2018, fue necesario realizar un proceso de ajuste, en el número de personas afiliadas vigentes al Seguro Popular, derivado del cotejo del padrón de beneficiarios del Sistema de Protección Social en Salud, contra los registros de afiliación de los Institutos de Seguridad Social, y otros esquemas públicos y sociales de atención médica –IMSS, ISSSTE–, en el cual se encontraron miles de personas con doble derechohabiencia en salud, haciendo necesario –al fin–, un reajuste y la cancelación de los beneficios del Seguro Popular a quienes se encontraron con duplicidad.

De esta manera, a tirones y jalones presupuestales, la “cobertura”, pasó de 5.3 millones de personas en 2004, a 51.4 millones de personas en 2019 y ésta “protección” fue convenciendo a la comunidad que era lo único bueno que en relación a la salud los mexicanos podíamos tener. Deseaba poder acabar en esta Alerta, pero me queda aún un punto fundamental que tocar, y que tiene que ver con la forma en que el Seguro Popular adquiría los medicamentos y los insumos, así que tendremos que llegar a una 4ª entrega, mientras les dejo un abrazo cariñoso y espero sus comentarios en chivizenteno@hotmail.com