Una multitud de yucatecos y yucatecas se concentró en las playas del puerto de Progreso y de esas miles de personas buena parte se la pasó en el malecón tradicional, donde se llevó a cabo el desfile del Martes de Bachata bajo un fuerte sol y un calor que rondó los 36 grados a la sombra.
Las playas fueron de nueva cuenta un fuerte atractivo para los meridanos, sobre todo porque el calor del último día carnavalesco estuvo muy fuerte, de modo que, de nueva cuenta, se armó un congestionamiento vial a la entrada del puerto.
Pero, ¿realmente todos fueron al malecón? Es cierto, esa zona de puerto ayer estuvo prácticamente intransitable, miles y miles de personas se concentraron ahí antes, durante y después del desfile, pero el número no creemos que haya sido muy exagerado.
El malecón tradicional de Progreso mide poco más de 900 metros, dato comprobado con las aplicaciones de los mapas de los teléfonos celulares, bastante precisas hoy en día. De ancho el malecón tiene en sus partes mayores unos 25 metros, de modo que esa área tiene más o menos 22 mil 500 metros cuadrados.
Si consideramos que, en un metro cuadrado, podemos acomodar tranquilamente a tres personas, sin que estén “achocadas”, en todo el malecón tradicional del Progreso caben cómodamente 67 mil 500 personas. Pero, ¡ah!, quítale espacios de tarimas, puestos, guarniciones, equipos de sonido y el espacio que se abre para dejar pasar el desfile, más postes y botes de basura, entonces esto se reduce aún más.
Huyendo del estrés
En ese sentido, ayer habrían estado en el Martes de Bachata del Carnaval de Progreso poco menos de 50 mil personas, varias de las cuales se transportaron en autobús, pero la mayoría a bordo de sus vehículos. De esta manera, muchas personas que fueron al puerto en sus vehículos no lo hicieron para ir al Carnaval, sino para escapar del estrés que ya causa Mérida y disfrutar de un día en el puerto, no precisamente en el malecón.
No hay ninguna comparación, sólo datos duros que pone el cronista a la orden. En Plaza Carnaval el trayecto tiene casi tres kilómetros, poco más de tres veces que el malecón del puerto, con miles de espacios en las gradas. Ahí caben cinco mil vehículos en el estacionamiento con un promedio de cinco personas por carro, son 25 mil, más la que acude en camiones urbanos, resulta que aún sigue yendo más gente al carnaval de Mérida, pero no tanta como aseguran las autoridades municipales.
El cronista visitó los dos carnavales y en ninguno encontró a las cerveceras que antes participaban con sus carros alegóricos y sus edecanes, hombres y mujeres, que eran la sensación de todos. No los vio ni en Mérida ni en Progreso, ¿por qué? La presencia de las compañías cerveceras únicamente se notó porque en el puerto había mucho borracho, las agencias y los Oxxos tenían enormes, largas filas de gente, e incluso las tiendas de conveniencia contaban con seguridad privada por cualquier desmán. No tenían las puertas abiertas como siempre, sino que debías esperar a que un guardia privado te abra.
En X’Matkuil observamos a la cervecería en puestos y por medio de gente que se identificaba con un chalequito azul y pasaba a vender las latas. Unos lo daban a 26 pesos pero casi todos a 30 pesos. En el puerto ayer no hubo problemas por surtir la demanda, pues no dependieron del horario.
Dijeron que no
Según averiguó el cronista entre sus contactos, que ambas cervecerías les dijeron a los comités organizadores de las carnestolendas que no tenían dinero para invertir, aunque sí muy bien aprovecharon para vender.
Lo que no se observó ayer en el puerto fue la presencia de la Guardia Nacional luego del innecesario escándalo que se armó en redes dizque porque el domingo pasado esos agentes fungieron de “guaruras” de Roberto Palazuelos, aunque en realidad lo único que hicieron fue prevenir cualquier escándalo en el puerto.
Estamos en la veda del mero, pero ayer eso no fue impedimento para que miles de personas comieran pescado frito. Incluso estaba más barato en algunos lugares del puerto, a 150 el kilo, por ejemplo, de rubias o de canané, y a 200 o 220 el de boquinete o mojarra blanca. Un ceviche mixto costó ayer entre 190 y 250 pesos, con tostadas incluidas.
Pero lo más consumido en el malecón fueron de nueva cuenta los kibis y las piedras, así como frutas, mangos y cocos para, como dijo un amigo del cronista, tener algo en la barriga y poder seguir chupando.
Después del desfile en Progreso, que constó de un par de vueltas al malecón, la gente se quedó a disfrutar de la música, del sol y del calor, pero curiosamente casi nadie se bañó en el mar. A la salida del puerto, después de las tres de la tarde, fue inevitable cruzar por el retén de alcoholímetro que la policía porteña aplicó a todo conductor, por lo que según se supo, detuvieron a varios que intentaron regresar a Mérida con aliento alcohólico.
(Rafael Gómez Chi)