VALLADOLID, Yucatán, 5 de febrero.- El día de ayer antes de ser subida la imagen de la Virgen de la Candelaria a su nicho en la Capilla que lleva su nombre, se le ofició un misa a las 19:00 horas con tres padres, Armín A. Rivero Castillo, párroco de San Servacio; Joel Tuz, sacerdote de esta ciudad que vino de visita; y Juan Pablo Cervera Novelo, vicario de San Servacio.
Ante una multitud de feligreses, en su homilía el padre Armín dijo lo siguiente: “Como un resumen de esta fiesta que hemos vivido poniéndole un título a esta celebración que hemos gozado todos durante este tiempo, yo le ponía uno de fiesta de la fe que fue lo que vi todos estos días aquí en este templo a los pies de la Virgen María”.
“La fe de muchas personas que vinieron a visitar a la Virgen y a encontrarse con Jesús. Verdaderamente es algo que llena de gozo el corazón es ver como las personas que tienen fe y son capaces de emprender en su vida un camino totalmente nuevo”, agregó.
“Y por eso pensando un poquito esta mañana, ¿cómo puedo resumir esta fiesta que terminamos este año por gracia de Dios en honor de la Virgen María?
»Este encuentro con Jesús es la fiesta de la fe. Ojalá que haya sido tu fiesta y haya sido tu fe la que durante estos días se ha acrecentado, ha crecido y quiere seguir creciendo. Hoy el Evangelio que acabamos de escuchar nos presenta dos milagros”, señaló.
“La hija de Jairo que muere, Jesús va a verla y la levanta. Esa mujer enferma por tanto tiempo y que ya había gastado toda su fortuna y que solo la única esperanza era Jesús y ella convencida que con solamente tocarle el manto quedaría curada, lo logró y Jairo también con esa fe que tenía pudo descubrir la vida nueva que Jesús le concedía a aquella niña que había muerto”, agregó.
“Bien, Jesús sigue curando y resucitando todos los días cuando uno verdaderamente es capaz de vivir la experiencia maravillosa de la fe. A veces uno se pregunta ¿qué es la fe? No lo entiendo, muchas personas dicen ¿Porque no me conceden lo que tanto pido? Primero porque no crees, porque no te das cuenta de que la fe es una fuerza interior muy fuerte, es un espíritu que renueva todo lo que hay dentro de nosotros”, aseveró.
“Cuando una persona pone su confianza en Dios, cuando una persona deja que esa fuerza interior que es el Espíritu Santo sea capaz de crecer en el corazón, recibe la experiencia maravillosa de la fe, la salud o la vida y por eso si la fiesta de la fe nos ha ayudado a crecer durante estos días, no dejemos de confiar nunca en Jesús, no dejemos de creer en Dios en cada momento y no dudemos y hay que pedirle a Dios: Señor auméntame la fe. A veces me gana la duda de que si Dios va a ser posible algo nuevo en mi vida. Por eso el ejemplo de la mujer es bello. Ella que ya había gastado toda su fortuna para recuperar su propia vida, lo consigue con solo tocar el manto de Jesús”, finalizó.
(Manuel Vázquez Rivero)