El Obispo Auxiliar Pedro Mena Díaz dijo que aquí ya se tiene un sistema desde hace mucho tiempo para determinar cuáles son los porcentajes que se tienen que entregar a la Arquidiócesis por parte de cada parroquia.
–Y de allá –explicó– se destina para la organización que tenemos de Solidaridad Económica (SED), que es para apoyar a los sacerdotes, para completar lo que deben de percibir, y apoyarlos en las necesidades de las casas parroquiales.
Esa fue su respuesta cuando se le preguntó sobre si se aplicará en la Arquidiócesis de Yucatán algún decreto como el del Cardenal Carlos Aguiar Retes, de la Arquidiócesis Primada de México, en el sentido de fijar una cantidad específica a cada parroquia. Ahí hubo inconformidades porque si el párroco no alcanzaba la cuota era removido.
Y agregó:
–Nosotros ya tenemos un sistema para eso desde hace mucho tiempo, y que se va revisando de vez en vez. E incluso eso es organizado por los mismos sacerdotes bajo la presidencia del Arzobispo, pero cada determinado tiempo se eligen nuevos sacerdotes que le van dando seguimiento a esto que se llama Solidaridad Económica Diocesana.
Entonces por eso nosotros no tenemos un nuevo proyecto que equivaldría a eso, porque el que tenemos ha estado funcionando bien.
Dijo también que una parte de los recursos que se manejan a través de la organización de la economía diocesana se destina a la Casa del Sacerdote, y de allá se va dando su sostenimiento.
–A algunos sacerdotes se les ha pedido que cuando lleguen a la Casa den algún donativo, pero todos los que vivimos allá estamos apoyados por la diócesis –observó.
Oasis y bendición –¿Cómo es el ambiente allá?, preguntamos.
–La Casa del Sacerdote es un oasis para los padres. Está abierta como tal, porque cuando surgió se pensaba que había algo así como un refugio cerrado, pero no, al contrario, es la casa de los padres, a nosotros nos da mucho gusto recibir a los amigos que los visitan.
La atención que reciben los padres allá es global, es tanto en lo físico, en su salud, como en lo espiritual, y en la convivencia de todos los que vivimos allá tratamos de tener muchos momentos de encuentro diario, especialmente en las comidas, y hay momentos especiales; por ejemplo, en Adviento tenemos las posadas y cada padre tiene una noche y trae a sus amigos de las parroquias donde estuvieron y compartimos allá, y los padres que tienen amigos de fuera y los quieren llevar a cenar, a comer, van con toda la libertad. O sea, es su casa y allí se les atiende.
Es casa segura para ellos. Tenemos doctores que en cualquier momento pueden llegar a verlos, o sea, es una bendición esa Casa del Sacerdote que tenemos.
20% sostiene al 80%
Finalmente hay que comentar que en alguna ocasión, cuando era Arzobispo en funciones el hoy Emérito Emilio Carlos Berlie Belaunzarán, comentó que con aportaciones del 20% de las parroquias de Yucatán se sostiene el restante 80% que está enclavado en comunidades donde impera la pobreza y, por lo tanto, la gente no cuenta con recursos para apoyar a su Iglesia.
Con información de Roberto López Méndez
Por Redacción Por Esto!