Tuuskeep KasperchackSemiología de la imagen
—¿Qué te pareció el seminario de la Dra. Catherine Hakim sobre capital erótico, estimado Vercingétorix?
—Amenazante y esperanzador, al mismo tiempo, querido Tuuskeep.
—¿Cómo está eso? A ver explícame.
—Es que yo sólo tenía en cuenta los tipos de capital identificados por Pierre Bourdieu: capital económico, capital cultural, capital social y capital simbólico, con los que estaba a gusto y me defendía, pero de plano en materia erótica como que me siento un poco en desventaja.
—Sé más específico, porfa.
—Según la doctora Hakim, las personas atractivas siempre destacan, llaman la atención, atraen las miradas y predisponen positivamente a los demás. Y yo, la verdad, en cuanto a….
—¿En una escala del uno al diez, cuánto te pondrías en cuanto a apostura, Vercingétorix?
—No, pues frente a Brad Pitt, quizá un 6.5.
—Entonces no estás tan mal. Se ve que tienes una firme autoestima.
—Me ayuda que mido 1.80 metros, soy espigado, además de que tengo un cuerpo atlético; sin duda, mi ascendencia gala y española produjo un mestizaje favorable. ¿Y tú?
—No, yo de plano repruebo. No me atrevo ni siquiera a ponerme un número. Con estas gafas de profesor rural, mi 1.55 metros de estatura, mi incipiente barriga de cervecero y fiel consumidor dominical de cochinita pibil, panuchos y salbutes…
—Bueno, pero algún atractivo haz de tener, porque te he visto bien acompañado de brasileñas, gringas y una que otra gabacha.
—Bueno, ya sabes que a muchas extranjeras les atrae lo exótico y cuando vienen aquí buscan tipos autóctonos, como un servidor, lo cual no es ninguna novedad. Mi amigo Adalberto, que es guía de turistas, siempre conquista a extranjeras –o las extranjeras lo conquistan a él—, con su perfil maya sacado de una estela de Yaxactún. Una vez, una gringa me dijo muy ufana: “¡Tuiskip, eres so beautiful, igualito a un extra que vi en la película Apocalypto de Mel Gibson!”. También ayuda tener algún dinerito para invitarlas a las chevas y cocteles en la playa, eso que ni qué.
—Sí, pero tú, pese a tu apariencia de yucateco de pura cepa, eres bueno para contar chistes, escuchar a la gente y crear atmósferas interesantes con tus fábulas sobre aluxes, xtabayes, uay chivos y demás.
—Muy amable de tu parte, Vercingétorix, ¿Quieres que te invite a una torta?
—No, hablo en serio, Tuuskeep. Ahora bien, lo que más me impactó del seminario de la Dra. Hakim es que no se anda con rodeos ni miramientos y enfrenta con enjundia ciertas corrientes feministas que se niegan, no obstante la evidencia aportada por numerosos estudios, a que las mujeres disfruten y aprovechen su capital erótico. En eso, dice la Dra. Hakim, los extremos se tocan: esas corrientes feministas coinciden y refuerzan el machismo que a toda costa descalifica a las mujeres que se salen de los márgenes socialmente aprobados precisamente con el fin de controlarlas y mantenerlas en el sitio que conviene al patriarcado.
—Sí. Hay corrientes feministas que rechazan el trabajo sexual porque lo consideran una vileza y explotación y no van más allá de sus prejuicios. Incluso están en contra de que las mujeres posen para promover todo tipo de productos, ya que, desde su particular punto de vista, se les cosifica o instrumentaliza.
—En el fondo, creo que estas posturas encierran un mal disimulado puritanismo y hasta me atrevería a decir que un cúmulo de envidia porque la auténtica belleza, en todas las culturas, es un bien escaso y, en consecuencia, anhelado y disputado en todos sentidos.
—No solo eso: es un intento de negar la importancia sustantiva de vida sexual en el ser humano. Políticos, deportistas, actrices, actores, modelos y ciudadanas y ciudadanas agraciados físicamente siempre le sacan jugo a su capital erótico. Ahora bien, a mí lo que más me llamó la atención es el polémico concepto de “déficit sexual masculino” de la Dra. Hakim. Contrario a lo que se podría entender, ese concepto no se refiere a una falta de libido sino a un exceso que no encuentra satisfacción y que, explicaría, en parte, muchas de las acciones de los hombres en relación con las mujeres. Lo interesante, sin embargo, es que está avalado por estudios que confirman que las sexualidades masculina y femenina no son iguales ni se experimentan de la misma manera.
—Según la misma socióloga, nuestro atractivo es en gran parte algo adquirido, si sabemos cuidar nuestra imagen, si procuramos estar siempre limpios, oler más o menos bien, y no vestirnos como si fuéramos a un funeral. Aunque suene a consuelo de tontos, todos tenemos algo, poco o mucho de capital erótico, de manera que siempre encontraremos y encontrarán en nosotros algún o algunos rasgos atractivos, aunque no seamos unos Alain Delon o Catherine Deneuve, por decir algo.
—¿Por cierto, dónde compras tus impecables guayaberas de lino irlandés, Vercingétorix? Como verás, esta camiseta que me dieron durante la última campaña política está en las últimas.
—Te pasaré la dirección del fabricante para que evites intermediarios y de paso para que no te confundan con un seguidor de Renán.
—OK.