Eliseo Martín Burgos
El norteamericano Andrew Carnegie, célebre por su incalculable fortuna y por su afición de coleccionista de autógrafos, presumía de tener el de casi todos los hombres célebres de la época pero, según él, le faltaba el de Ernest Haeckel, biólogo y filósofo alemán residente de Estados Unidos, a quien solicitó y recibió el autógrafo con esta nota:
“Ernest H. Haeckel agradece, conmovido, a Andrew Carnegie el valioso microscopio que donó al laboratorio de nuestra universidad”.
–No sé si el autógrafo de Haeckel sea el más importante de mi colección, pero sí el más valioso.
Antología del Chascarrillo
Segunda Epoca