Las clínicas del IMSS en Mérida echaron a andar ayer un protocolo que sólo permite el acceso del derechohabiente que va consultar, sin acompañantes, debido a la contingencia del Covid-19, pero la medida es contradictoria porque afuera de las UMF la gente tiene que esperar por largas horas y aglomerados, lo que en las actuales circunstancias implica un riesgo.
Una actitud responsable, de acuerdo con los derechohabientes, hubiera sido que se les proveyera de gel antibacterial a la entrada de las clínicas y, al interior, se les ubicara en un espacio suficiente para guardar la sana distancia, sin mayor problema, en vez de simplemente dejarlos afuera.
El reportero acudió ayer a la Unidad de Médica Familiar 58 (42 Sur) donde hasta hace unos días no había filtros de ingreso ni restricciones de sana distancia, mucho menos gel antibacterial u otra disposición.
Ayer el acceso estaba cerrado y un gran cartel señalaba que, para enfrentar la situación sanitaria por Covid-19, se implementan medidas de control para el ingreso, de tal forma que el acceso es exclusivamente por la puerta de Urgencias y sólo puede ingresar el derechohabiente que acude para la atención médica y sin acompañante.
Excepción
De igual forma, se indica que a los derechohabientes menores de edad y a personas con discapacidad, se les permitirá el acceso con un acompañante.
A la entrada de la puerta de Urgencias se colocó una mesa como filtro y en la que se le preguntaba a la gente si tenía algún síntoma y se le proveía de gel antibacterial.
Hasta ahí parecía no haber problema, pues la gente entraba con las restricciones mencionadas. Sin embargo, frente a la puerta de Urgencias, sobre la calle 42 Sur, más de una decena de personas llevaban hasta más de 6 horas, al mediodía, de estar esperando para poder consultar en la tarde.
Todos ellos, sin ninguna atención, sin que les proveyeran de gel y sin guardar la sana distancia que marcan los protocolos. Nadie del IMSS los volteaba a ver e incluso la gente misma se tuvo que organizar para apuntar los turnos de llegada e ir pasando luego de las 2 de la tarde, cuando ya se hubieran entregado las cifras.
Echarnos afuera
“Las medidas que implementaron son simplemente echarnos afuera y dejarnos esperando, sin más. En lugar de que implementaran filtros verdaderos, con medidas de sana distancia, con gel antibacterial, porque la gente que viene a consultar no lo hace por gusto sino porque necesita la atención médica, pero simplemente te dejan afuera y que te esperes por largas horas para recibir una ficha”, expuso una derechohabiente que pidió el anonimato.
Ejemplo de lo anterior son los abuelitos Elene Pérez y Luis Gómez, vecinos de la colonia Emiliano Zapata Sur que llegaron a la clínica desde las 5.30 de la mañana para consultar en la tarde, si acaso después de las 2.
A la señora de avanzada edad le prestaron un banquito de madera, pero eran las 12 del día y llevaba ya más de 6 horas esperando con la zozobra de ver si recibiría una ficha para poder consultar.
Simplemente se cerraron las puertas y el acceso a la clínica, como una medida “preventiva”, pero que luce más bien como un intento del IMSS de lavarse las manos, porque el riesgo de contagio del Covid-19 para la gente que permanece afuera es generado por las mismas disposiciones del instituto.
El señor Ricardo Pérez, vecino de la María Luisa, llegó al lugar a las 6 de la mañana para ver si conseguía una ficha para consultar en la tarde. Lo mismo que los demás, estaban todos juntos, sin que a los del IMSS de enfrente les importara mucho.
Lista de pacientes
Los mismos vecinos tuvieron que organizarse haciendo un listado de la gente en el orden que iba llegando y para el momento que se repartieran las fichas a partir de la 1 de la tarde.
La misma escena en la Unidad de Medicina Familiar 56, ubicada en la calle 65, donde la gente no tuvo acceso y por largas horas tuvo que esperar para poder consultar. Como en el caso anterior, hubo gente que llegó desde las 6 de la mañana para intentar consultar en la tarde, sin que nadie les acercara gel o algún otro apoyo para la contingencia.
De igual forma en la UMF 57 La Ceiba en Pensiones, donde se limitó al acceso y la gente tuvo que esperar afuera por largas horas.
En este lugar se encuentran las oficinas delegacionales y como el acceso estaba también limitado, se formaba una larga fila de gente, todos juntos, sin la sana distancia debida. Así que, al interior de las oficinas se controlaba el acceso y se dejaba entrar a la gente a cuenta gotas para evitar aglomeraciones, pero esta medida generaba una aglomeración en el exterior de las oficinas, lo que resulta una medida sin sentido.
(David Rico)