Manuel Martínez, vecino del centro de Mérida, tuvo que mudar su puesto en el mercado Lucas de Gálvez a su domicilio y ampliar su horario de trabajo para poder seguir comerciando su mercancía y no perder los ingresos que solventan los alimentos de los siete integrantes de su familia.
Afuera de su casa improvisó un puesto en que ofrece frutas y verduras a los vecinos que aún transitan por la calle, pero también implementó el servicio a domicilio para las personas que se resguardan del coronavirus puedan recibir los alimentos.
Desde hace una semana, a raíz de la disminución de clientes el mercado por el coronavirus COVID-19, Martínez comienza actividades a las 6:00 horas y finaliza a las 23:00, en la calle 77, entre 52 y 54.
Aunque admite que las ganancias no son las mismas que en el mercado antes de la contingencia, agradece que al menos pueda continuar con la venta, que también favorece a los vecinos de su calle, quienes sin salir de casa pueden comprar manteca, tomate, cebolla, chiles y fruta de temporada.