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VALLADOLID, Yucatán, 10 de abril.- Sin música ni celebraciones, en ayuno, silencios, oración, meditación y reflexión; esos eran los momentos de la Cuaresma dentro de las costumbres de una sociedad de cristiandad.

Mucho ha cambiado desde entonces cuando en estos últimos años, mientras muchas familias celebraban un sentido Viacrucis, otros muchos aprovechaban para irse a la playa o divertirse.

Este año 2020, hemos iniciado esta Cuaresma y en especial el Viernes Santo dentro de nuestros hogares, aislados y tomando todas las precauciones y medidas de seguridad, siguiendo sobre todo las indicaciones de la Secretaría de Salud para no caer en contagio y propagación de la enfermedad del Covid-19, que se ha convertido en una pandemia.

Ahora sí, de manera obligatoria, sin fiestas, sin alcohol, ni excesos de comida, en constante comunicación con Dios a través de la oración; algunos lo habíamos olvidado y otros han aprovechado para intensificar su fe y su devoción.

Hoy las calles se encuentran vacías y no se escuchan los cánticos y el caminar de miles de gentes realizando el tradicional Viacrucis, pero en muchos hogares han instalado sus estaciones y en familia cumplen con esta tradición.

Doña Liduvina Aguilar Novelo, con domicilio en la calle 54 x 41 y 43 del barrio Sisal, lugar donde se encuentra el convento San Bernardino de Siena, uno de los símbolos religiosos más concurridos por devotos cristianos, sobre todo en esta Cuaresma, nos dijo que en esta contingencia por el Covid-19, el día de hoy Viernes Santo, lo están viviendo en familia muy bien, pero algo tristes por todo lo que está pasando, pues algo como lo es este momento nunca lo había vivido, pero trata de hacerlo lo mejor que se pueda, participando en este sagrado momento con su altar y su estación que cada año le ha tocado instalar en la puerta de su casa, y con ello realizan sus oraciones y la gente que pasa se detiene un momentito a rezar y saludar al altar.

Muy emocionada y triste, expresó que estos momentos los siente mucho por no poder estar celebrándolo como otros años y no poder comulgar como lo marca la Santa Iglesia.

Comentó que posiblemente otras familias estén realizando la misma acción y qué bueno, y muchos más se sumen a este acto religioso de los pasos de la Pasión de Cristo en su camino al Calvario; desde su prendimiento hasta su crucifixión y sepultura.

(Ariel Sánchez Gómez)

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