VALLADOLID, Yucatán, 25 de abril.- “Debido a la contingencia, más del 60% de nuestras unidades se encuentran estacionadas”, así lo expresó Jorge Luis Chan Araujo, Secretario General de la “Unión de Taxistas de Valladolid”.
Agregó que muchos de sus compañeros no tienen ingresos desde hace un mes, por lo que han tenido que rematar pertenencias para poder comprar alimentos durante estos días; a ninguno le han dado despensas, solamente el del Verde Ecologista les envió algunas, pero no fue suficiente para el total de sus agremiados.
Dijo que han metido la solicitud a la Dirección de Transporte Estatal para despensas, pero aún no han llegado; manifestó que las medidas adoptadas por las autoridades se vuelven cada vez más duras por obvias razones, sin embargo, los servicios ya no son redituables para los compañeros y menos para los usuarios.
Los apoyos federales que se anuncian al parecer no son del alcance de los taxistas, ya que se asignan mediante un censo, o siendo una empresa que tenga afiliada gente al IMSS y, considerando que un taxista jamás esta en casa o en un establecimiento, les argumentan que por ello no fueron censados y tampoco cuentan con seguro social.
Comentó que los ingresos de un taxista oscilan aproximadamente entre 50 y 80 pesos por un día de trabajo, con lo cual es imposible sostener una familia. Sus compañeros continúan en la calle trabajando y contribuyendo con la sociedad, les motiva el hambre y los mortifica el temor de poder llevar el virus a sus casas, pero sobre todo el no llevar suficiente dinero a sus familias.
Hay muchos compañeros que deben sus unidades vehiculares a las respectivas agencias con una letra por un monto mayor a los 4 mil pesos mensuales, además de eso las deudas normales que tiene cualquier padre. Pidió a quien pueda escucharle, que necesitan urgentemente apoyo, que ojalá que alguna instancia les pueda ayudar para poder tener acceso a los programas de Bienestar implementados por el Presidente de la República o el Gobernador de Yucatán, o quien tenga las posibilidades de “echarles la mano”.
(Ariel Sánchez)