PROGRESO, Yucatán, 26 de abril.- “Debido a la contingencia sanitaria del Covid-19, tuve que cambiar mi forma de trabajo, para poder subsistir pasando de acomodador de carros y a atender barcos durante su descarga, a vender bolsas de filete por kilos en la vía pública.
“Todo trabajo es honrado, y siempre hay que tener otra alternativa para poder subsistir, en mi caso, pasé de acomodador de carros a vendedor de dulces y de atender y limpiar barcos, a vender bolsas de kilo de filete de pescado en Los Portales”.
Esto fue expresado por Angel Romero Benítez, de 50 años, cuya vida cambió ante esta contingencia sanitaria por el Covid-19. Lamentó que no hubo vacaciones de Semana Santa, pues en esa época le va bien como acomodador, cuidador y lavador de carros.
“Esa época era mi esperanza para obtener más ingresos, pero ¿quién se iba a imaginar la llegada de esta contingencia que tomó a todos desprevenidos?, sin que tengamos la prevención del ahorro, prácticamente nos tomó fuera de la base”, afirmó.
Otro ingreso fijo que tenía, era la llegada de la flota pesquera e iba al Puerto de Abrigo a descargar para que le dieran dinero y pescado al “lavar tablas”, como se dice de manera coloquial, pero esto ya pasó. “Lamentablemente no tengo ninguna ayuda de parte del Gobierno tanto municipal como estatal, ya que todos mis papeles se perdieron, así que le pedí a un amigo que me de chance de vender pescado, pero actualmente está baja la venta.
“Tengo que apurarme para juntar para mi renta, que es de 1,800 pesos y vivo en la calle 37 x 102, además de que todos los días hay que conseguir para la comida.
“Eso sí, llevo mi cubre-bocas cuando salgo a la calle para vender y me cambio de ropa de inmediato cuando llego a mi casa, donde me espera mi amada esposa Mari Maya Quijano, que me ayuda tejiendo varias cosas y hasta confecciona cubre-bocas”, finalizó.
(Alfredo Canto May)