Yucatán

En Kanasín revelan el paso a paso en manejo de cadáveres con COVID-19: FOTOS

Funeraria Nieves de Kanasín, en Yucatán , es una de las pocas empresas del ramo que aplica estrictos protocolos de bioseguridad con la pandemia del coronavirus. El administrador Andrés Nieves Cervantes comentó que Juan Carlos Coronel, médico militar retirado, fue quien capacitó al personal de esa funeraria en cuanto a la manipulación de cadáveres de personas que han fallecido de COVID-19 .

Asimismo indicó que las autoridades de salud proporcionan una serie de ordenamientos sobre todo lo que se debe de hacer con los fallecidos por esta enfermedad.

El procedimiento inicia desde que el cadáver se traslada de un hospital a las instalaciones para su incineración, para lo cual se crea un “cerco sanitario”. Al momento de recoger el cuerpo, la persona encargada de la tarea debe utilizar cuatro pares de guantes, un overol, lentes y cubrebocas con filtros.

Primer paso

El traslado se lleva a cabo en una camioneta tipo Ministerio Público o Servicio Médico Forense, en la que la cabina del conductor y el espacio de traslado del cuerpo son independientes. El personal ya debe tener puesto el equipamiento de seguridad, como son las botas sanitarias, el overol, un traje interior, lentes, el cubrebocas con filtros y los cuatro guantes por mano y una bata clínica desechable.

En el hospital, el cuerpo generalmente ya está amortajado en una bolsa negra; el personal de la funeraria sanitiza la mortaja; el área del rostro de la persona se emplaya a fin de evitar que excrete fluidos por la vía nasal y bucal, pues estos líquidos aún contienen millones de virus que se mantienen latentes y con alto potencial de contagio.

Tras rociar el cuerpo y la mortaja con sanitizante, éste se embala perfectamente, ya sea con una cápsula sanitaria o con bolsa de plástico; se desecha el primer par de guantes, así como la bata clínica y el personal se queda con el overol de bioseguridad y antes de que el cuerpo sea subido al vehículo funerario, el embalaje es sanitizado de nueva cuenta, lo mismo que la camilla y todo lo que haya tenido contacto directo con el cuerpo inerte, lo mismo que el interior de la unidad, así como manijas, portezuelas o pasamanos.

La unidad se cierra, se sella la cajuela, se sanitiza en el exterior y los encargados del traslado se despojan de un nuevo par de guantes, antes de abordar la cabina del conductor y copiloto; ahí en el interior, sanitizan tablero, cerraduras, manijas, portezuela y ponen en marcha la unidad para el traslado al crematorio; la idea es evitar que el virus quede en el interior de la cabina del vehículo.

Crematorio

En el crematorio, hay un área especial para COVID-19; se descarga el cuerpo y se mete a incinerar; el personal se quita otro par de guantes; posteriormente las cenizas se recolectan para entregarlas a los familiares.

La urna de cenizas se entrega sellada y sanitizada; el responsable del traslado recibe el pago con guantes; los billetes se sanitizan, se espera una media hora o una hora para que el sanitizante desinfecte el dinero y éste se pueda manipular; también puede ser mediante transferencias bancarias.

La camioneta de nueva cuenta es sanitizada, tanto en el interior de la cabina de traslado del cadáver, como en la cabina del conductor; el vehículo es lavado con cloro y detergente.

Nieves Cervantes explica que al crematorio no pueden acudir los familiares, pues es una disposición de la Secretaría de Salud, y no hay tiempo para despedirse o para velar al difunto porque se trata de una enfermedad peligrosa y altamente contagiosa.

Por José Manrique