Yucatán

Doña Carmen sale desde temprano de casa para vender cubrebocas de tela que ella misma hace, pues son el único sustento que tiene para sobrevivir. En su camino se encuentra a algunas personas que piden caridad, que generalmente son adultos mayores, y no duda en regalarles una mascarilla.

“Estamos todos pobres y hay que ayudar con un granito de arena”, dice.

La señora de 60 años realiza su recorrido por calles del centro histórico de Mérida, lleva consigo varios cubrebocas que vende a 10 pesos, siempre y cuando la policía no la vea y la mande a resguardarse a casa.

“Yo los vendo a 10 pesos, yo los hago porque vivo de eso, tengo 60 años, tengo un muchachito que estudia la prepa y salgo a vender y de aquí me llevo mi comida”, comenta.

La ganancia pasa a segundo plano cuando se encuentra a personas en situación de calle o personas de la tercera edad que viven de la caridad.

Entonces, doña Carmen Reyes dona los cubrebocas y ella misma se encarga de colocarlos.

A pesar de que el coronavirus COVID-19 ha detenido su trabajo como costurera, doña Carmen se mantiene optimista.

“Me ha partido en dos, no me dejan vender ni nada, por eso hago cubrebocas”, señala.

La señora recorre el centro hasta las 14:00 horas, momento en el que regresa a casa, ahora sí, a cumplir con la cuarentena necesaria.

Por Redacción Digital Por Esto!

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