NEWSLETTER POR ESTO!
Suscríbete y recibe la información más relevante
10 de May de 2020
3 min
Escrito por Redacción Por Esto!
Luis Carlos Coto Mederos
Francisco Iturrondo (Delio)
En su “Parnaso cubano”, D. Antonio López Prieto nos dice:
“He aquí un poeta notable cuyo nombre es célebre en nuestra literatura, y que, sin haber nacido en Cuba, ha de tener en todo tiempo preferente lugar al tratarse de reseñar los progresos de la poesía en esta importante porción del Nuevo Mundo”.
Un importante y acucioso periódico de la época también se refiere de este modo a la poesía de Delio: “Cuando aún no había visto la luz pública por medio de la prensa, dije, por las pequeñas muestras que se pusieron, que los versos eran buenos: la lectura de toda la obra me ha confirmado en aquel juicio, y además de la redondez, cadencia y buena medida, ha hallado exactas descripciones y un lenguaje bastante puro”.
1861
Safo
De su pérfido amante abandonada,
mísera Safo a Léucas se dirige;
allí la prueba aterradora elige
que su pasión sofoque desdichada.
Ya mueve el paso hacia la roca alzada:
El crimen de Faón su pecho aflige:
A Némesis perdón por él exige,
y al abismo se arroja despechada.
¡Infeliz!, ¡ay! de Tétis en el seno
desapareció por siempre con su lira,
dulce embeleso de la griega gente:
Por siempre enmudeció... su plectro ameno,
¡Feliz quien junto a ti por ti suspira!
Clamó, y hundióse al piélago rugiente.
1862
A la tarde
Vedla cual sale de la selva umbría
la planta dirigiendo a la pradera:
¡Mirad sobre su frente placentera
cuál reluce el contento y la alegría!
A su aspecto resuena en la alquería
la voz de la sencilla ganadera,
que los trémulos pasos acelera
del rebaño que tímido pacía.
¡Ay!, ¡cuántas veces de Corina al lado
aspirando el perfume de las flores,
mi dicha presenciaste, amiga Tarde!
¡Recuerdo triste de mi bien pasado!
Bien, que fiero mi mal trocó a rigores,
y cuyo engaño conocí bien tarde.
1863
A la aurora
¡Salud, hija del sol! ¡Cándida Aurora!
Cuya flotante túnica de rosas
empapada en esencias aromosas,
perfuma el seno de la verde Flora:
Fresca guirnalda de jazmín decora
tus nacaradas sienes primorosas;
y tus nítidas pomas voluptuosas
encendido carmín tiñe y colora.
Apacible cual tú: cual tú divina,
cuando al dudoso albor del claro día
la ebúrnea concha riges purpurina;
tan bella, entre mis brazos sonreía,
no bien despierta tímida Corina,
en el tiempo feliz que Dios quería.
1864
Washington
Desde el ártico polo hasta la ardiente
playa que ciñe el mar del mediodía,
cien pueblos generosos oprimía
el duro cetro de la Albión potente.
Mas resuena en el aire de repente
eco de “¡Libertad!”. La tiranía
cae del solio fatal en que reía,
y la América es libre, independiente.
Washington fue quien alcanzó esta gloria:
Ardiendo en ira intrépido se lanza
a la defensa de la patria triste:
Largo tiempo es dudosa la victoria;
pero triunfa el valor, que a la venganza
el déspota más fuerte no resiste.
1865
Sócrates
¡Ay del mortal que la virtud adora!
¿Qué le valiera a Sócrates divino,
postrado ante sus aras de contino,
consagrarla su vida bienhechora?
Vanamente el filósofo atesora
vasto caudal de ciencia peregrino;
que el ateniense, de poseerle indino,
su gloria condenándole desdora.
En venenosa envidia el pecho ardiendo,
le acusa de impiedad el cruel Melito
su crimen con tal máscara vistiendo:
Tan torpe imputación sostiene Anito;
fallan los jueces... y a su fallo horrendo
sucumbe la virtud, triunfa el delito.
1866
La primavera
Sobre el ala del céfiro subida,
cortejada de ninfas vagarosas,
que orlan su frente de purpúreas rosas,
la Primavera muéstrase florida.
Recobra el prado su beldad perdida;
deslízanse las ondas bulliciosas;
escúchanse las aves melodiosas,
y la natura ostenta nueva vida.
Aquí al deleite un templo consagrado
entre flores bellísimas se mira:
allá el pastor, en pos de su ganado,
el dulce nombre de su amor suspira;
y al eco del campestre caramillo
trisca con las zagalas cefirillo.
NEWSLETTER POR ESTO!
Suscríbete y recibe la información más relevante
Suscríbete a: