Ariel Avilés Marín
Cada 10 de mayo, desde hace noventa y tres años, la Liga de Acción Social rinde homenaje a las madres y organiza la sesión solemne y festival en el Parque a la Maternidad, que así es su verdadero nombre, como puede leerse en la base del monumento, evento que se ha dejado de llevar a cabo en tan sólo dos ocasiones; en 1974, por el desequilibrio social causado por el asesinato de Efraín Calderón Lara, “El Charras”, y ahora, en este año de contingencia sanitaria y confinamiento. Como cada año, leemos publicaciones y artículos en los que se descalifica esta festividad, y que, además, nos muestran una gran desinformación sobre su origen. Para empezar, a nivel nacional, se mantiene la idea que este día fue designado “Día de la Madre”, por la propuesta del periodista Rafael Alducín, en 1922, entonces director del periódico “Excelsior”, en coordinación con el Secretario de Educación, José Vasconcelos. Aquí, a nivel local, se lee circulando en las redes, las más disparatadas versiones, se ha llegado a decir que el monumento fue erigido por los mismos que pagaron por el asesinato de Felipe Carrillo Puerto, dicho esto en una manifestación feminista, y que causó la lamentable agresión a la escultura de André Lenoir, que hoy, afortunadamente, luce sin mácula del atentado. Hay que puntualizar cuál es el origen real y los fundamentos que llevaron a declarar, a nivel nacional, al 10 de mayo, como “Día de la Madre”.
En los primeros años del S. XX, en los Estados Unidos de América, una enfermera, de nombre Anna Jarvis, pierde lamentablemente a su madre por una enfermedad, por lo que, en 1914, concibe la idea de dedicar un día del año a honrar a todas las madres del mundo, su idea es acogida por el presidente Woodrow Wilson, y éste declara como “Día de la Madre” al segundo domingo del mes de mayo de cada año, cosa que se conserva en esa nación del Norte. En nuestro país, en las primeras décadas del S. XX, va cobrando fuerza el movimiento feminista, que busca el reconocimiento de los derechos de la mujer, su acceso a votar y ser votada, su derecho a disponer de su cuerpo y varias ideas más que, desde luego, causan gran inquietud al ala más conservadora del país, y causan su reacción; las cabezas visibles del movimiento, como Hermila Galindo y Elvia Carrillo Puerto, sufrieron persecución y ataques por esta causa tan justa. Elvia tiene que exiliarse de Yucatán, pues la reacción llevó sus ataques violentos hasta el terrible atentado en el que le fue incendiada su casa. Elvia muere pobre y olvidada en la Ciudad de México.
La clase social más conservadora de nuestro país se va preocupando por los avances del feminismo. En 1916, Salvador Alvarado convoca al “I Congreso Feminista”, con sonado éxito y amplia participación. En 1922, durante el Gobierno de Felipe Carrillo Puerto, Elvia crea la “Liga Feminista”. Aquello no podía, no debía ser permitido, así que, en el mismo 1922, Rafael Alducín, en contubernio con el Episcopado Mexicano, la Cámara de Comercio y el Comité de la Cruz Roja, recogen la intención externada por el Secretario de Educación, José Vasconcelos, y la toman al vuelo para presionar al presidente Alvaro Obregón, para declarar el 10 de mayo como Día de la Madre, con la clara intención de hacer una campaña que se opusiera a los avances del feminismo. Llevan a cabo festivales, hasta hace poco tiempo, el periódico “Excelsior”, continuaba otorgando un premio anual a las madres más prolíficas. Pero la campaña de 1922 no tuvo éxito, no se publicó decreto alguno a este respecto. Sin embargo, el rotativo no quitó el dedo del renglón, logra en 1949 la construcción del Monumento a la Madre, en la Avenida Sullivan, en CDMX, ya bajo la oligarquía entronizada en el poder, en la persona de Miguel Alemán Valdez. Cómo paradoja, al día de hoy, el Monumento a la Madre, en Sullivan, es un verdadero centro donde opera la prostitución callejera de la Ciudad de México.
En 1909 se funda en nuestra ciudad la Liga de Acción Social; desde ese momento de su integración, la Liga adopta varios símbolos: La patria, la ciudad, la raza, la lengua y la madre. Y desde hace ciento once años, año con año, se han realizado sesiones solemnes para honrar a cada uno de estos símbolos. Desde su fundación, la Liga va dando muestras de su pensamiento avanzado, ejemplo de esto son la fundación de la Escuela Modelo, primicia de la educación laica en el país; y la creación de la Educación Rural en la República, ambas el 15 de septiembre de 1910, como actos conmemorativos del Centenario de la Independencia Nacional. En el discurso del 15 de septiembre de 1910, se externó: “Llevaremos la educación al campo, con los hacendados, sin los hacendados, o a pesar de los hacendados”. Hay que subrayar también que, la adopción de la madre como símbolo de la Liga de Acción Social es anterior a los movimientos feministas. En 1927, el socio directivo Ramón Sarlat Corrales, propone a Don Gonzalo Cámara llevar a cabo un acto público de homenaje a las madres, y éste se lleva a cabo el 10 de mayo en el entonces Parque Morelos de la ciudad, situado entre el Teatro Peón Conteras y la iglesia del Jesús o de la Tercera Orden. A resultas del éxito de la actividad, el Lic. Cámara Zavala envía una fundamentada iniciativa al Ejecutivo de la Nación, muy lejana a las pretensiones del proyecto de 1922, y el presidente, Lic. Emilio Portes Gil, declara en 1928, el 10 de mayo como “Día de la Madre”, y publica el decreto en el Diario Oficial de la Federación. Así surge realmente esta celebración en México.
La Liga de Acción Social nunca ha sido anti feminista, muy cercanas a ella estuvieron siempre dos destacadas maestras, Consuelo Zavala Castillo y Lucrecia Vadillo Rivas, presidenta y secretaria del Congreso Feminista de 1916. Además, Lucrecita, con un grupo amplio de maestras que fueron sus discípulas en la Escuela Normal de Profesoras, integró el Grupo “Minerva”, agrupación femenina de avanzada que fue creadora de las guarderías de menores en 1954, a nivel nacional. Estas dos destacadas e insignes feministas no hubieran apoyado un proyecto que no enalteciera los valores de las mujeres de México. Después de la erección oficial del Día de la Madre, la Liga multiplicó sus esfuerzos y obtuvo el permiso para que, en el semi abandonado Parque Morelos, se edificara el Parque a la Maternidad. Se abrió una suscripción pública, y la ciudadanía de Mérida en pleno colaboró económicamente para su construcción. El Lic. Cámara Zavala se comunicó a París con el hijo del escultor André Lenoir, escultor él también, para que elaborara una réplica del grupo escultórico “Maternidad” de su padre, y que se encontraba en los Jardines de Luxemburgo, en París. También se convocó a un concurso para crear el “Himno a la Madre”, cuyo estribillo es una declaración de destierro del machismo y un reconocimiento a la figura de la mujer, pues dice así: “Se arrodille a sus plantas el hombre y le rinda homenaje inmortal”.
El Parque a la Maternidad se inauguró el 12 de octubre de 1928, en ese mismo acto se estrenó el Himno a la Madre, cantado por un coro de cuatro mil niños de las escuelas de Mérida, dirigidos por el Mtro. Gustavo Río Escalante. El Día de la Madre es una iniciativa de la benemérita Liga de Acción Social, y está muy lejos de ser un proyecto opuesto al feminismo, es un acto enaltecedor de la figura de la mujer en nuestra sociedad, es una acción más de una agrupación progresista y de vanguardia, desde su fundación en 1909.
“¡Gloria eterna a la madre admirable! ¡A ese símbolo ideal de piedad, a esa fuente de amor inmutable, a ese arcángel de paz y bondad!”