Con un atuendo similar al que ella usa, Rosa María Santos lleva a Galilea siempre consigo, incluso la protege del coronavirus cuando salen a la calle.
La mujer y su “hija” recorren las avenidas de la colonia Juan Pablo II juntas, como han permanecido desde hace cinco meses, cuando Galilea llegó como un regalo.
Rosa María confecciona la ropa con la que viste a la muñeca. El hipil, el gorro y el cubrebocas que usan son casi iguales a los que ella viste.
“Ella tiene cinco meses, es mi hija, en diciembre me la regalaron y por eso la cuido mucho”, expresó la mujer, mientras cargaba en brazos a Galilea.
La señora de 51 años vive en la colonia Mulsay con sus hermanos y ha adoptado a la muñeca como su hija.
De la misma forma en la que se protege a la familia, doña Rosa María también procuró para Galilea las condiciones para salir a la calle en medio de la pandemia de Covid-19.
Si desde el primer momento que llegó a su vida la muñeca tuvo réplica de la ropa bordada que usa su “mamá” ahora con la contingencia sanitaria la pequeña también sigue las medidas de prevención para salir a la calle.
Aunque la sana distancia no existe entre ellas porque Rosa María siempre la lleva en su regazo.
Rosa María y Galilea son un ejemplo de los personajes que se encuentran en la ciudad de Mérida y que cada día buscan enfrentar la crisis que el coronavirus ha causado.
La señora, por ejemplo, ayuda a su hermana menor a conseguir pasteles para vender.
Ella salió de casa para ir al supermercado y conseguir un pastel el Día de las Madres, sin embargo, encontró demasiada gente en la fila y no quiso arriesgarse a tardar demasiado o perder el tiempo en la fila.
La mujer disfruta salir con su muñeca en brazos y saber que ambas contribuyen a que la familia esté mejor.
(Astrid Sánchez)