Yucatán

La pandemia nos agarró en el inicio de gira

PROGRESO, Yucatán, 13 de mayo.- Al Circo Alegría, de la familia Meza, lo sorprendió la pandemia en este puerto y, desde el 11 de marzo, al suspenderse los espectáculos, se quedaron sin ingresos y subsisten con la venta de chatarra y dulces que hacen sus hijos.

Juan Enrique Acosta Meza, familia de tradición circense de los llamados circos de colonia o barrio, recibió al corresponsal en su camper con su familia.

Dijo que su espectáculo se compone de tres familias, “debido a que somos un circo familiar, este circo es nuestro hogar, nací en uno similar, en este medio conocí a mi esposa y mi propia familia es parte de una tercera generación.

»Cuando por la pandemia se cerró el espectáculo, dos familias se tuvieron que ir a buscar refugio con familiares, pero en nuestro caso teníamos que quedarnos, debido a que el patrimonio de nosotros es nuestra carpa, con valor de unos 120 mil pesos, que son los ahorros de la vida; y con el esfuerzo de más de 25 años tenemos tres modestos campers, donde habitamos.

»Para movernos de Progreso a dónde iríamos, aquí tenemos un terreno donde permanecer, el propietario de apellido Chacón, hable con él y le pago la renta como podemos; aquí montábamos los espectáculos, está nuestro mobiliario (que son gradas, sillas), junto con la carpa y nuestros vehículos.

»La familia que compone el circo es Vanessa, Enrique, Tania y la pequeña Jeysa Shaday, que es la más pequeña del espectáculo, y somos los que nos quedamos.

Sin embargo, el espectáculo está inactivo pero hay que comer, así que con mi camión actualmente recorro el puerto para comprar fierros y después comercializarlos como chatarra en otros sitios dedicados a estos giros.

»En el caso de mi esposa e hijos, el varón me acompaña y la joven sale a realizar la venta de dulces que preparamos por las calles y, de esta manera, nos mantenemos en este circo donde a pesar de la pandemia hay alegría.

»Desde luego, las autoridades municipales nos han apoyado con las despensas que reparten, tomándonos en cuenta y, desde luego, el vecindario, que ha comprendido que como humanos también sobrevivimos a la pandemia.

»El Circo Alegría es modesto, pero eso no significa que nuestro espectáculo no sea de calidad, y en la familia todos trabajamos. En el mes de marzo, cuando nos agarró la pandemia, comenzábamos la gira del año; después de Mérida, ahora en mayo, estamos cerca de la costa porque como son épocas de lluvias, en la costa llueve menos que en el interior del Estado.

»Como cada año, recorremos todo el interior del Estado, después nos vamos a Campeche y Quintana Roo. Hemos tenido ganas de llegarnos a Tabasco, pero tenemos un miembro infantil en la familia y quizá más adelante, además que el Estado de Tabasco es zona baja y continuamente hay lluvias, haciendo riesgoso nuestro andar.

»En el circo todos trabajamos, somos payasos, malabaristas, lanzamos cuchillos; las chicas bailan, hacen mímicas e imitaciones; somos contorsionistas, malabaristas, manejamos el trapecio, pulsadores, a la vez preparamos las botanitas, vendemos los refrescos durante el espectáculo, interactuamos con el público.

»Además soy un utilitero, hago de todo, sé de electricidad, de mecánica, carpintería, plomería, porque cuando se nos echa a perder parte de nuestro equipo, nada más que sea algo muy grande, entonces tenemos que pagar por un servicio profesional debido a que el recurso que manejamos es limitado.

“Pero esta es la forma en que vivimos y como nos han enseñado nuestros padres, si te gusta lo que haces y lo disfrutas, entonces simplemente deja de ser trabajo; actualmente con esta pandemia nos agarró a inicio de gira y el dinero está escaso, pero seguros estamos de que saldremos adelante”, concluyó.

(Texto y foto: Julio Jiménez Mendoza)