Con la Ley Seca que se decretó desde abril pasado en la Entidad, se han registrado, hasta ahora, por lo menos 15 personas fallecidas por ingerir alcohol adulterado.
Los últimos 8 casos ocurrieron en Mérida hace unos días; antes hubo 7 casos en el municipio de Acanceh. Todos habrían ingerido alcohol adulterado comprado de forma clandestina, debido a la prohibición que prevalece en el Estado y que no se levantará hasta el 1 de junio.
Información extraoficial señala que, en Mérida, las personas fallecieron en los hospitales “Agustín O’Horán”, en el “Ignacio García Téllez” del IMSS (T-1) y el Regional de Alta Especialidad. Fueron 5 hombres y una mujer los fallecidos, de entre 34 y 53 años de edad.
Sin embargo, el número podría crecer, pues no se sabe si hay más personas hospitalizadas por la misma causa.
En el caso de Mérida, trascendió que los fallecidos comenzaron a ingerir el alcohol adulterado, que habrían comprado de forma clandestina, la noche del domingo y el lunes se empezaron a sentir mal, por lo que fueron ingresados, pero poco se pudo hacer para salvarles la vida.
En cinco Estados
Este problema no es privativo de Yucatán, pues hasta hace un par de días se contabilizaba la muerte de por lo menos 139 personas por la ingesta de alcohol adulterado en 5 Entidades. En efecto, ha habido casos en Yucatán, Jalisco, Puebla, Morelos y Veracruz, Estados en los que los gobernadores han decretado Ley Seca.
La intoxicación ocurre porque en ocasiones, además de mezclar rones, brandis y otras bebidas, se les añade metanol o alcoholes industriales que son más baratos, pero más letales.
El metanol es una sustancia altamente tóxica para el cuerpo humano que se utiliza para hacer anticongelantes, pinturas o disolventes, incluso se le añade a la gasolina. La toxicidad del metanol se activa una vez que entra al organismo, pues es metabolizado por una enzima llamada alcohol deshidrogenasa, que hace que el metanol se convierta en un formaldehído, sustancia química que sí es tóxica.
Cuando este formaldehído se metaboliza de nuevo, se convierte en ácido fórmico que provoca alteraciones en el cuerpo.
Cabe destacar que estas bebidas adulteradas se venden en botellas que se recuperan de la basura, en la mayoría de los casos. Se sabe que entre los pepenadores están bien cotizadas las botellas vacías de licor y más aún si todavía conservan sus cajas.
Síntomas
Se sabe que por beber alcohol adulterado se presentan síntomas como problemas gastrointestinales, vómito, dolor de estómago, alteraciones de la vista, ceguera, además de que puede presentarse daño neurológico, convulsiones, estado de coma y la muerte.
Los síntomas pueden aparecer entre 1 y 72 horas después de que se haya ingerido la bebida. Incluso a las personas que se les dé atención oportuna y sobrevivan, pueden presentar secuelas permanentes como ceguera, movimientos involuntarios o neuropatías, como sensación de hormigueo.
La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) hace algunas recomendaciones para identificar bebidas adulteradas a la vista:
La tapa de la botella no debe girar o escurrir contenido; revisar que el holograma sea auténtico; comparar con otras botellas que el llenado o aforo sea exactamente el mismo. Un proceso manual no tiene esa precisión.
Gira la botella y regrésala a su posición original, nota cómo suben las burbujas, si ves partículas que caen, se trata de un contenido que no fue elaborado con suficiente calidad o higiene.
La mayoría de las etiquetas tienen un sistema de pegado horizontal que impide que sean retiradas completas.
Los marbetes y etiquetas deben estar bien pegados y colocados. Botellas con etiquetas mal colocadas no pasan el control de calidad.
Fijarse bien que las etiquetas no estén sobrepuestas a otras y que cuenten con relieves, que se rompa con el tacto y tintas directas. Las falsificaciones usan impresiones que simulan el color, nunca una tinta que refleje (filos dorados, por ejemplo).
(David Rico)