“El sector turismo en Yucatán está prácticamente quebrado y se estima la pérdida del 70 por ciento de los empleos, porque las empresas del ramo ya no tienen para seguir pagando sueldos ni continuar cerradas por más tiempo”, dijo el empresario Ricardo Dájer Nahum.
Por su parte, la empresa Segmentos Research que realizó un análisis del impacto de COVID-19 en el sector turismo, informa que la industria sin chimeneas en Yucatán representa, en promedio, entre 7 y 8 mil millones de ingresos al año y genera cerca de 100 mil empleos, y que con base en datos de la Secretaría Federal y Estatal realiza las siguientes proyecciones para determinar el impacto económico en el sector.
La industria está centralizada en servicios turísticos en la capital del Estado. La cadena de valor de la industria está formada por dos mil 782 empresas. El 53.4% está en Mérida con el 66% de la oferta de cuartos y de los principales servicios; con el arranque del Tren Maya se vislumbra una oportunidad coyuntural para detonar productos turísticos planificados, considerando que la riqueza cultural y los atractivos naturales necesitan detonación estratégica con servicios de calidad internacional con rentabilidad, dejando la improvisación de acciones públicas y privadas.
Además de que el Grupo Xcaret, después de 6 años de planeación, lanza al mercado mundial su nuevo producto Xibalbá en Valladolid –que busca impulsar la movilidad turística y comercial–, hacen falta indicadores que confirmen un plan de impulso y detonación de la industria y, al igual que Dájer Nahum, destaca que es urgente poner en marcha el regreso estratégico, porque Yucatán lleva una pausa peligrosa en el sector y no todo se puede promover vía “zoom”, además de que las redes sociales no garantizan ventas.
De acuerdo con el estudio, hasta marzo de este año se tenían 61 hoteles de una estrella, 49 de dos estrellas, 103 de tres estrellas, 54 de cuatro estrellas, 75 de cinco estrellas y 158 hoteles sin categoría, cifras que, comparadas con marzo del 2019, se tiene una disminución en casi todas las categorías y sólo en los hoteles de una estrella hubo un aumento de 2%, en los de dos estrellas hubo un decrecimiento del 2%, en los de tres estrellas hubo un decrecimiento del 7%, en los hoteles de cuatro estrellas un decrecimiento del 16%, en los de cinco estrellas un decrecimiento del 5% y en los de sin categoría hubo un decrecimiento del 2%.
Hasta marzo del 2020 se tenían 14 mil 431 cuartos disponibles en Yucatán. Con respecto al mismo período del año anterior se tuvo un incremento del 5.9% (13,625), el 66% de la oferta de cuartos disponibles están en Mérida, según datos de la Sefotur.
En enero del 2020 ya se notaba una disminución de la ocupación hotelera, ésta fue del 4.5% menos con respecto al mismo período del año anterior.
Según proyecciones, en febrero tendríamos una disminución de ocupación hotelera del 11.2% con respecto al mismo mes del año anterior. Con similar proyección en marzo del 2020, pues se proyectaba una ocupación hotelera del 18.6%, la menor tasa desde que se tiene registro en Yucatán, esto debido a la contingencia de COVID-19, la cual fue en descenso como hasta la fecha.
Parálisis total
En ese sentido, Dájer Nahum dijo que hoy en día no hay hoteles funcionando, ni transporte turístico, no hay vuelos, no hay agencias, en resumen, todo está cerrado y se encuentra en cero; hasta donde se sabe, hace unos días una operadora turística que maneja varios hoteles, informó que sólo tuvo para pagar a sus empleados el mes de abril y, cuando se enteró de que el confinamiento se prolongaría dos meses más, decidió liquidar a sus trabajadores y, cuando se reactive esa rama de la industria, decidirá a cuántos volverá a contratar.
Situación que se da en todos los segmentos del sector turismo en Yucatán, porque las empresas no pueden sostener indefinidamente a sus trabajadores, porque no hay capital que alcance.
Precisó que ante la disyuntiva de mantener el confinamiento para mitigar los contagios o de reactivar la actividad económica del Estado, se requiere la toma de decisiones valientes y bien planeadas, como ejemplo, dijo que en Perú, a pesar del confinamiento mucho más prolongado y con mayores medidas de sanidad que en México, los contagios de COVID-19, lejos de disminuir, van en aumento; sin embargo, hay otros países donde con tratamientos adecuados y con medidas de control, han logrado disminuir la cantidad de contagios y están reactivando su economía de manera gradual.
Como ejemplo, dijo que en los Estados Unidos se paga un seguro de desempleo y las empresas que cierran entregan una boleta a los trabajadores para que acudan a una dependencia gubernamental donde reciben un apoyo económico para que puedan sobrevivir; en España hay una estrategia similar, donde los trabajadores reciben hasta el 70 por ciento de sus salarios y todo el mundo se queda en su casa y no pasa nada, pero en México no hay nada de esto y las empresas son las que están subsidiando a los trabajadores y eso será hasta donde les alcance y después comenzarán los despidos.
Por otra parte, comentó que lo mismo pasa con la Ley Seca, porque en lugar de disminuir el consumo de bebidas alcohólicas, se están registrando más muertes de personas por consumir licor adulterado y hasta gel desinfectante con refresco de cola, por lo que el remedio está saliendo más caro que la enfermedad.
Por eso, es necesario ponderar y discernir la situación con cuidado y tomar decisiones, aunque se trate de un mal menor, pero que contribuya a reactivar la economía de manera gradual para que la economía fluya y explorar alternativas de cura que se utilizan en otros países como los anti-inflamatorios, anticoagulantes, antibióticos, etc., para fortalecer el sistema inmunológico de la población y ésta no sea abatida por el virus. Lamentablemente nadie habla de esto y piensan que por estar guardados en sus casas, la gente no se puede contagiar.
Víctor Lara Martínez
Por Redacción Digital Por Esto!