TIZIMIN, Yucatán, 28 de mayo.- El viene-viene José Caamal Ay, solicita la ayuda humanitaria de las personas de buen corazón para apoyarlo con la alimentación de su familia, ya que a pesar de que se la “rifa” a diario para salir a trabajar, casi no capta recurso alguno porque las personas brillan por su ausencia durante esta contingencia.
Él es viene-viene de la explanada del ex Convento, su trabajo consiste en dirigir a los conductores para señalarles los espacios donde pueden estacionar, así como guiarlos para que salgan sin riesgo alguno y, como agradecimiento a este servicio, por lo general las personas lo dotan de unas monedas como propina.
Dicho estacionamiento luce semivacío casi todos los días, por lo que aumenta la preocupación de José Caamal, ya que no obtiene ingresos para obtener el pan de cada día, sobre todo porque a él no le importa quedarse con el estómago vacío, pero sí le resulta desesperante que se queden sin comer su esposa Deysi María Cahuich Canché y sus hijos Carlos Martín de año y medio, José Manuel de 3 años, Guadalupe Sarahí de 6 años y Daniel Gaspar de 14 años, con quienes habita en la calle 51 x 20 y 22 S/N.
Por lo cual, aunque le apena porque le gusta ganarse la vida con el sudor de su frente, pide la urgente ayuda de los buenos samaritanos que le tiendan la mano durante esta pandemia. Señala que ha recibido algunos apoyos en los primeros días de la contingencia, pero externa que ahora que ésta se ha alargado, se olvidaron de él y requiere que lo apoyen porque a diario tiene que ingeniárselas para darle de comer a su familia.
(Texto y fotos: Luis Manuel Pech Sánchez)