Yucatán

Seguir adelante en la contingencia

“Fue un 19 de marzo por la noche cuando decidí, junto con mi familia, quedarme en casa”, expresó el psicólogo Edgardo Flores

VALLADOLID, Yucatán, 10 de junio.- “Fue un 19 de marzo por la noche cuando decidí, junto con mi familia, quedarme en casa. Al día siguiente tenía citas en mi amado Valladolid, así que avisé que ya no viajaría...”, expresó el psicólogo Edgardo Flores, al recordar el inicio de la contingencia sanitaria provocada por el Coronavirus.

Dejando escapar un aire de tristeza, Flores manifestó que sólo una persona aceptó continuar su acompañamiento psicológico por video-llamada y todas las demás optaron por esperar a que pasara la contingencia.

“A lo largo de los días, muchas más personas suspendieron sus procesos, alrededor de un ochenta a ochenta y 85 por ciento. Bienvenida la crisis; había que tomar decisiones, suspender algunas cosas, poner en pausa otras, adaptarnos a esta situación, reinventarnos”, sostuvo.

Prosiguiendo, el profesional de la salud señaló que la experiencia ha sido un reto que, afortunadamente, no ha sido tan duro, como en muchos otros casos.

“Y ahora viene la reapertura. Sí, se dice que es en el peor momento, en el tiempo en que la enfermedad causada por el SARS-CoV2 está en su auge. “Sí, claro que coincido en los tiempos, pero también soy consciente de la realidad económica de muchas y muchos. No es el mejor de los tiempos, pero ante una realidad tan difícil como la que actualmente vivimos, donde se han perdido empleos e ingresos, dos meses y medio es una tortura para miles de familias”, apuntó.

Agregó que debemos ser conscientes, destacando que la reapertura no significará un retorno a los ingresos previos a la pandemia.

“Para nada, del total de las personas que me habían dicho que retomarían consultas una vez pasada la pandemia, únicamente un cinco por ciento ha programado cita. Las y los demás están, también, pasando dificultades, y claro, es entendible”, precisó.

Ahondando sobre el tema de la crisis, señaló que la gran mayoría esta, casi, empezando de cero, al menos ese es su caso y el de muchas otras personas conocidas.

“Creo que, en lugar de juzgar el por qué la gente sale como ‘desesperada’, habría que mirar con compasión, y ver sus necesidades, promover con mayor auge las medidas de higiene y de protección, y apoyarnos unos a otros en esta compleja reapertura económica.

“Si tan sólo nos esforzáramos por comprendernos, más que juzgar, haríamos de nuestro mundo un lugar mejor”, concluyó.

(Alfredo Osorio Aguilar)