Yucatán

La celebración de la fe se realizó a puerta cerrada

TIZIMÍN, Yucatán, 11 de junio.- “Que nuestra participación en la santa misa y con la bendición que recibimos en la procesión nos ayuden a volver al origen de nuestro amor por el Señor, al encuentro gozoso con la eucaristía en los primeros años y a renovar ese deseo que finalmente se traduzca en reencuentro, en reconciliación, no sólo en la intimidad del cenáculo, sino también en el camino hacia Galilea que es el encuentro con el Señor en la misión”.

Este fue el mensaje de la celebración del Corpus Christi que desarrolló la parroquia de los Santos Reyes, en la que también se pidió por los más afectados durante esta contingencia y por el bienestar de Tizimín en todos sus rubros.

La celebración eucarística se desarrolló a puerta cerrada en el Santuario de Reyes y fue oficiada por el párroco Pedro Echeverría López, quien concelebró con el vicario, David Tejero Vega; se transmitió a la feligresía a través de las redes sociales.

En su homilía, el párroco señaló la importancia de recordar que Galilea no es sólo el lugar en que vivimos, que hoy no podremos llevar al santísimo por las calles, pero sí es el lugar donde nos encontramos por vez primera con Jesús.

Indicó que hoy podemos hacer el ejercicio de la memoria, recordar, poner nuestro corazón en la experiencia inicial, ir al baúl de los recuerdos, a la memoria de las imágenes y rescatar una fotografía de la primera comunión, ponerla en lugar visible o compartirla en las redes sociales, ya que esto nos invita a volver al origen, a esa Galilea cuando se prepararon con el entusiasmo, con la inocencia y la alegría para ese encuentro con Jesús eucaristía para después de los años reflexionar ¿qué ha pasado en nuestra relación con el Señor?, ¿qué valor tiene buscarlo en la eucaristía y encontrarme con él?

Al concluir la misa se realizó una procesión simbólica para la bendición de los monumentos dentro del atrio de la Iglesia con las rejas cerradas, ejerciendo la bendición simbólica a Tizimín en los cuatro puntos cardinales, respetando de esta manera las instrucciones de las autoridades.

En cada monumento, los presbíteros presentaron al Santísimo y emitieron sus oraciones. Mientras se desarrollaba la procesión, algunas personas desde fuera de la Iglesia observaban con mucho respeto el paso del santísimo; las rejas no eran impedimento para que la fe se pusiera de manifiesto.

Es así como se efectuó la celebración de la presencia real de Cristo en la eucaristía, con nosotros y para nosotros, a diferencia del Jueves Santo, que es su institución, este festejo se hace con mayor solemnidad porque en él se agradece la presencia de Jesús en su cuerpo y en su sangre para que alimentemos nuestra vida espiritual.

(Texto y fotos: Luis Manuel Pech Sánchez)