Porque aún no se permiten eventos masivos
Las empresas especializadas en la renta de equipos de sonido y video atraviesan momentos difíciles porque todavía no se permiten eventos masivos y se teme que muchas desaparezcan al no resistir la situación actual, manifestó ayer Moisés Barrera Vázquez.
El director de la compañía Maximarketing, explicó que esa empresa dedicada a la renta de pantallas, equipos de audio e iluminación para conferencias, eventos políticos, asambleas, etc., surgió hace 10 años y había venido creciendo de manera consistente hasta antes de la pandemia de coronavirus, gracias a su profesionalismo y precios accesibles.
Mayor inversión
Apuntó que, por azares del destino, participó en algunas campañas políticas y eso le dio una mayor posibilidad de invertir y adquirir equipos de mayor poder y calidad de audio.
Esta microempresa, que comenzó con tres empleados, hoy da trabajo a doce personas.
Empero, a raíz del COVID-19, este fue uno de los sectores que primero cerró sus puertas, lo que representó realmente un fuerte golpe porque la demanda de servicios cayó de manera total.
“Estamos hablando que en los últimos tres meses caímos a cero, o sea, no hay ningún tipo de evento masivo, no hay fiestas; por fortuna pertenecemos a un sindicato cuyos directivos nos han apoyado con despensas y de otras maneras para poder mantener la plantilla de empleos y que podamos soportar la crisis que estamos viviendo”, dijo.
Recuperación paulatina
Explicó que, con el plan de reapertura, algunos negocios que requieren promover sus productos buscan el servicio de esa compañía y eso les permite tener uno que otro evento, lo que representa una lenta mejoría a estas alturas de la contingencia.
Además, como es una empresa que opera entre amigos, no se ve como negocio, sino como algo que se está realizando como un ingreso extra.
Resaltó que para proporcionar un mejor servicio, se requiere una alta inversión; por ejemplo, las bocinas Yamaha cuestan alrededor de 18 mil pesos cada una; un par de micrófonos Shure 6006 cuestan siete mil pesos, el más económico, y hasta 18 mil pesos los más caros; una consola cuesta de 10 a 12 mil pesos.
–En resumen, uno arriesga equipos con un valor hasta de cien mil pesos o más en el desarrollo de un evento pequeño por el que se cobra tres mil pesos; en ese precio se incluye no solamente la inversión del equipo, sino su traslado, contratación de técnicos, cargadores, a los que los instalan, etc., todo lo cual tiene un costo.
Sin fallas
Por último, dijo que otro aspecto importante es la puntualidad: si el evento es a las 11 de la mañana ellos tienen que llegar hasta con dos horas de anticipación, porque conectar el equipo les lleva entre 15 y 20 minutos, además de llevar a cabo las pruebas de sonido y de proyección de pantallas. El éxito radica en que el evento salga como el cliente desea, es decir, sin fallas.
–Esperamos que el mercado se reactive poco a poco y que el panorama sea mejor a fines de este año, cuando generalmente tienen lugar eventos masivos; mientras tanto buscamos cumplir con los nuevos protocolos sanitarios y prestar servicio en eventos al que asisten no más de 30 personas, que guardan la sana distancia para evitar contagios, concluyó.
(Víctor Lara Martínez)