Empleados regresan a sus labores con las medidas necesarias / Empresarios buscan opciones para seguir vendiendo / Por medio de pedidos y envíos de paquetería, entre otras acciones
TICUL, Yucatán, 18 de junio.- Los zapateros de la ciudad poco a poco van regresando a sus actividades después de tres meses de no tener algún movimiento, por lo que se prevé una difícil situación.
A pesar de que fueron afectados por la contingencia del COVID-19 , ahora los empresarios del calzado se la ven muy difícil, debido a que varios Estados a los que le surten sus productos, enfrentaron serias inundaciones. Debido a esto, están buscando nuevas opciones para poder seguir vendiendo sus zapatos, ya sea por medio de pedidos y envíos de paquetería, entre otras acciones.
Don Humberto Sosa y Sosa, empresario del ramo del calzado, manifestó: “en la actualidad esta enfermedad vino a perjudicar en general a todos, tengo amigos zapateros que se han visto en condiciones de salud complicadas, además de estrés por la preocupación de sacar sueldos y pagar deudas pendientes con el Seguro, la CFE, Hacienda; nos agarra esta enfermedad en el momento cuando el producto se estaba medio defendiendo, ya que hemos atravesado problemas de situaciones como competencia desleal, producto chino, productos de baja calidad, el COVID-19 y para rematar la inundaciones en partes importantes de nuestro mercado.
”Muchos de nosotros que nos dedicamos al menos a este negocio, hicimos pedidos con anterioridad para poder cumplir la satisfacción de nuestro mercado aquí en la ciudad de Ticul; sin embargo, todo esto quedó almacenado en nuestras bodegas, allí quedaron estancados, pero a nuestros empleados se les tenía que apoyar, pues también tienen familias y no podíamos decirles que por esta situación los abandonaríamos. Muchos amigos dedicados al calzado me han platicado que, inclusive, para poder pagar sueldos a todos sus empleados, tuvieron que hacer préstamos a instituciones bancarias, así como también tuvieron que estar vendiendo maquinarias, terrenos, entre otras pequeñas propiedades que ellos tenían. De verdad, este COVID- 19 nos dejó por los suelos, sin embargo, tenemos mucha esperanza de que, al menos, el Gobierno Estatal o Federal, nos brinde algún tipo de apoyo para volver a reiniciar toda nuestra actividad e invertir en materias primas y así poder sacar los números de zapatos que se estaban produciendo antes de que llegara esta contingencia sanitaria”.
Por su parte, el C. Jorge Humberto Dzib Gómez, propietario de la zapatería Marleyla –ubicada en la calle 31 por 30 y 32 de la colonia San Román–, nos platicó: “Pues aquí estamos iniciando un poco las actividades de la elaboración del calzado para dama, todos apegados a la disposición que nos están pidiendo las autoridades y acatando la sana distancia, todos ellos portando su propio cubre-bocas. La verdad nos ha ido muy mal en esta temporada, la cual pensamos que al menos en esta ocasión nos pudo haber ido un poco mejor, como ya saben todos, la enfermedad del COVID-19 , vino afectar a todo el país, así como también a nuestros principales compradores que son oriundos de los Estados de Tabasco, Campeche, Veracruz, Chiapas, Oaxaca y Quintana Roo.
”Durante estos tres meses del confinamiento, nosotros como propietarios de las zapaterías nos tuvimos que ingeniar para poder pagar a los empleados; cabe mencionar que en la actualidad tengo más de 25 empleados laborando en mi pequeña empresa y pues a los 25 tenemos que buscar la manera para cubrirle con un apoyo económico. El Ayuntamiento nos trajo solamente a una despensa, pero la verdad, para un zapatero, una sola despensa no le da para vivir tres meses, eso sólo fue para un rato. En verdad tuvimos que hacer muchas cosas para enfrentar esta situación, como por ejemplo, tocar nuestros ahorros, vender algunas cosas. Pero, afortunadamente, algunos de mis clientes de Campeche y de Tabasco ya me pidieron calzado, pero no muchos, ya que ellos también están viviendo situaciones climatológicas que les están afectando. Al menos la gente de esos lugares ya está moviendo un poco el calzado, ya que las inundaciones dejaron zapatos rotos y tienen que comprar de ley nuevos, lo que nos está dando un pequeño respiro, ya que al menos se hace la producción para pagar la nómina de nuestros trabajadores.
”Las peleterías que están en la ciudad de Ticul no están otorgando créditos a los zapateros porque tienen miedo de que no se les pague, y si le sumamos más problemas, te podría mencionar que los insumos de materia prima, por ejemplo, el pegamento, antes lo comprábamos en $780 ahora están a $890; las suelas subieron 4 pesos más cada una, lo que sin duda alguna merma nuestras ganancias, ya que por la difícil competencia, tenemos que bajar los precios del zapato listo en su venta y, al menos, sacar, te digo, el pago de los trabajadores. Ojalá las autoridades federales, estatales y municipales, volteen a mirar a la ciudad de Ticul y nos apoyen para poder reactivar nuevamente la economía del Estado”, finalizó.
(Guillermo Contreras Cruz)}