Luego de 15 días del paso de la tormenta tropical “Cristóbal”, decenas de predios y calles de Dzilam González siguen inundados.
Tanto a la entrada como a la salida de la población, en las partes Sur y Norte, todavía se pueden observar acumulamientos de agua en los patios que asemejan enormes lagunas, pero con líquido lleno de verdín en muchos casos.
La señora Benita Jiménez Chan, quien vive a la entrada de la comunidad, tiene que meterse al agua para entrar y salir de su humilde casa, cuyo frente y todo su patio se mantiene lleno de agua.
Con paso lento y cansado, doña Benita comentó al reportero que por tanta humedad ya le duelen sus articulaciones, además de que por las tardes y noches hay nubes de moscos que no dejan dormir.
Enfermedades
Explicó que su hija, que tiene dos hijos, un varón de ocho años y una niña de cinco, tuvo que trasladarse con otro familiar en un intento de evitar enfermedades por el agua podrida que inunda los alrededores de su casa.
Acompañado por su esposo Edilberto Bobadilla Martín, quien dijo tener problemas auditivos a raíz de las intensas lluvias que ocasionaron que se mojara muchas veces, comentó que las autoridades municipales no han hecho nada para ayudarlos por la situación en que se encuentran.Indicó que también perdió 50 mecates de papaya maradol que estaban ya en etapa de producción.
Pidieron que se perfore un pozo por la zona para que absorba el agua acumulada o, en su caso, que les envíen una pipa para desaguar el lugar.
El caso de Gladys Marlene Pech Chac es similar, pues los alrededores de su casa todavía están inundados, pero ante la necesidad tiene que caminar entre el agua junto con sus dos hijos para poder ingresar a la vivienda.
Escuelas y calles
Dijo que cuando las lluvias estuvieron en su máxima intensidad hace dos semanas el agua llegó a más de un metro de altura, entró en su casa y mojó sus muebles y hasta su refrigerador, el cual todavía no enchufa para ver si funciona o se descompuso.
En el breve recorrido por la población se observaron varias calles todavía inundadas, al igual que decenas de casas con agua en descomposición.
Asimismo, los patios del edificio del Colegio de Bachilleres y otra escuela que se encuentra a la entrada de la población siguen inundados.
El enorme terreno de la sala de fiestas “El Paraíso”, ubicado de igual forma donde comienza el poblado, está bajo el agua e incluso aún no se ven los pisos de varias palapas.
Rafael Mis Cobá
Por Redacción Digital Por Esto!