La basura sigue siendo un problema en la ciudad, sobre todo para las personas de la tercera edad porque ya no pueden caminar por las banquetas y ahora se tienen que bajar al arroyo para llegar a sus destinos, con el riesgo de resultar atropelladas. Estos desechos ya no sólo ocupan las aceras porque ahora llegan hasta la mitad de la carpeta asfáltica.
Una de las mujeres más afectadas es la señora María López, quien vive en el Centro de la ciudad, y afirma que la basura es un constante riesgo para la salud de todos los que habitantes.
“Definitivamente tenemos que bajar a la calle para llegar a donde vamos, la basura nos obstruye el camino y es muy peligroso porque nos pueden atropellar, pero también cuando llueve se inunda y nadie entra ni sale de sus casas, o en su defecto, hay que meterse al agua”.
La señora de avanzada edad nos revela que “hay unos señores que tienen sus talleres sobre la calle 88 por 81, un poco hacia el Sur de la ciudad, pero es el Centro; son de chatarra y ellos son los que han sacado una cantidad enorme de basura, porque si ellos la llevan a tirar a los lugares acostumbrados saben que les van a cobrar hasta mil pesos, por eso es más fácil tirarla en la esquina de aquí y otra por allá, por el cementerio, yo vi cuando estaban aventando llantas a las esquinas.
Cuento de nunca acabar
Además ya se terminó el tiempo de la campaña.
También denunció que un camión recolectó lo que había, pero sólo fue un día; se llenó y se retiró, pero no regresó por más.
“El cerro estaba grandísimo, pero además mucha gente no entiende qué es cacharro y qué es lo que no te sirve y lo está botando a la calle, no hay separación, tiran cuanta cosa quieran”.
“Ya la basura ha alcanzado la calle porque la gente sigue tirando basura, por eso es un cuento de nunca acabar”, manifestó doña María López.
Por José Luis Díaz Pérez