Yucatán

Inactividad por COVID-19 impacta a prestadores de servicios en Cuzamá

Después de cuatro meses de inactividad turística en Cuzamá por la pandemia de COVID-19 los prestadores de servicio turístico en los cenotes enfrentan una crisis económica
Foto: Luis Payán

Tras cuatro meses de parálisis por la contingencia sanitaria del COVID-19, los prestadores de servicios turísticos en cenotes y otras áreas de atractivos naturales en el Estado atraviesan por una situación crítica, pues la mayoría son personas de las comunidades rurales que dependían únicamente de ese trabajo para llevar el sustento diario a sus hogares.

En la ruta denominada “Anillo de los Cenotes” se enlistan unas 30 localidades con este tipo de atractivos: Cuzamá, Chinkilá, Homún, Grutas de Sanahcat, Tahmek, Kimbilá, Tunkás, Chacmay, Temax, Izamal, Uayalceh, Abalá, Cacaco, Sabacché, Cenote Polaban, Hocabá parador, Hoctún, Citilcum, Chumbec, Opichén, Acanceh, Chunkanan, Tekal de Venegas, Sotuta de Peón, Mucuyché, Peba, San Antonio Mulix y Calcehtok.

El señor José Oy Canto, uno de los 42 socios de la cooperativa “Tres Cenotes” de Cuzamá, manifestó que la alcaldesa María Antonia Zapata Maas ha manifestado su deseo de que se reanuden las actividades lo más pronto posible y de hecho ha considerado como fecha el 27 de este mes.

Nuevas medidas de higiene

Sin embargo, explicó que esa propuesta todavía tiene que ser puesta a consideración de todos los socios de la cooperativa para que den sus puntos de vista y en su caso su aprobación.

Agregó que, incluso, hay varios truqueros que ya tomaron pláticas sobre los cuidados que se tienen que aplicar cuando se reinicien los servicios, ya que un tema fundamental es lo relativo a las medidas de prevención entre usuarios y prestadores de servicios para evitar contagios de coronavirus.

Recalcó la grave situación económica que padecen los socios de las cooperativas debido a que son cuatro meses de estar sin trabajo y sin ingresos para poder sostener a sus familias.

Observó que algunas personas lograron inscribirse en el programa federal “Sembrando Vida”, lo que les sirve de gran ayuda por el recurso económico mensual que reciben, pero no es suficiente, además de que no todos pudieron acceder a ese programa.

Caballos a medio comer

Para poder subsistir, muchos de los trabajadores tuvieron que buscar emplearse en cualquier otra actividad para poder ganar algunos pesos, como albañiles, leñadores y chapeadores, por mencionar algunas.

Otro problema que enfrentan es juntar el dinero para comprar el alimento a los caballos que tiran de los “trucks” y, como ejemplo, indicó que un animal requiere a la semana de dos bultos de salvado y uno de un alimento adicional, que en total cuesta 600 pesos.

Añadió que lamentablemente, ante la falta de dinero, se ha limitado la comida a los equinos, aunque ello ha implicado que se encuentren ahora flacos.

–Lo que hacemos es darles un poco de alimento y los soltamos a pastar a ver qué buscan para comer y se ayuden un poco, agregó.

En “Tres Cenotes” operan 42 socios con sus respectivos trucks para hacer un recorrido de 11 kilómetros con paradas en los ojos de agua: “Chacsinic-ché”, “Bojonchol” y “Chan Ucil”.

Guardias

Los reporteros de POR ESTO! también visitaron el Parador Turístico Xtohil, ubicado en el mismo municipio de Cuzamá, donde el servicio se prestaba en 23 “trucks”, mismos que, al igual que en el sitio anterior, se encuentran totalmente inactivos.

En este lugar, César Ku Pech, junto con su hermanito Irving, hace guardia durante el día para evitar el robo de los vehículos de madera y ruedas de acero, así como para cuidar los caballos, coincidió en que todos los socios enfrentan una situación muy difícil por la falta de trabajo.

El parador anunciado también como “El santuario del pájaro toh”, ofrece al visitante un recorrido de 8.5 kilómetros para conocer y bañarse en los cenotes: “Xtohil”, “San Felipe”, “Ayuso” y “Sacpakal”.

Comentó que él ayuda a su abuelo en el trabajo, además de estudiar la preparatoria, pero desde hace cuatro meses toda actividad en el parador se paralizó.

Costos

También expuso que los animales que arrastran los “trucks” sufren la crisis debido a que no se les proporcionan los alimentos completos por la falta de recursos para comprarlos.

Señaló que en condiciones normales a cada caballo se le da de comida dos kilos de salvado, medio kilo de alimento “brío” y cuarto kilo de maíz quebrado, pero ahora apenas la mitad se les proporciona y lo demás lo buscan los propios animales en las yerbas.

Hasta antes de la pandemia el costo por servicio para cuatro personas era de 400 pesos, 450 para cinco y 500 para seis.

El paquete incluye guía, baños, nado en cenotes, área de alimentos y estacionamiento gratuito.

En cada parador existen también puestos de comida donde antes de la contingencia sanitaria ofrecían platillos de poc chuc, panuchos, salbutes y empanadas, acompañados de aguas frescas y refrescos embotellados.

Por Rafael Mis Cobá