A 65 años de la primera votación de la mujer en el país, Yucatán cuenta con 29 mujeres como mandatarias de los 106 municipios que componen el Estado, ocupando apenas el 27 por ciento del total de munícipes.
En 1955, las mujeres de México acudieron por primera vez a las urnas a emitir su voto en una elección de puesto popular; esa participación de la mujer en la vida política y social fue un parteaguas en la historia del país; sin embargo, la paridad de género en nuestro Estado apareció hasta el 2017 cuando el Consejo General del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Yucatán estableció que los partidos políticos, debían registrar al menos en un 50 por ciento a mujeres.
El camino de la larga lucha por los derechos al sufragio femenino, comenzó a hacerse realidad el 17 de octubre de 1953, cuando el entonces Presidente de la República, Adolfo Ruiz Cortines, promulgó las reformas constitucionales que otorgaron el voto a las mujeres en el ámbito federal.
Sin embargo, no fue hasta el 3 de julio de 1955, cuando las mujeres emitieron por primera vez su voto para elegir a diputados federales para la XLIII Legislatura del Congreso de la Unión.
A más de 6 décadas de dicho logro, la resistencia masculina, aunado a los estigmas y prejuicios de la sociedad en todo el país, siguen repercutiendo en las mujeres para ejercer su derecho a votar, pero principalmente a ser votadas para puestos de elección popular.
Tan es así, que en los municipios del interior del Estado de Yucatán, varios de ellos aún siguen gobernados por hombres; la aprobación de la mujer para dicho puesto, lamentablemente está por debajo del sector masculino.
En contraste a ello, también hay poblaciones que han brindado la oportunidad a la mujer de gobernar, muy pocas, pero al final de cuenta están abriendo la brecha para que dicho sector continúe posicionándose.
En las elecciones del 2015-2018, un total de 8 mujeres resultaron electas como alcaldesa, de los 106 municipios del Estado de Yucatán; para las elecciones de 2018-2021, el número subió a 29 mujeres que actualmente están al frente de sus comunidades.
El aumento en las cifras se debió a que en octubre de 2017, el Consejo General del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Yucatán (Iepac), aprobó los lineamientos para garantizar el cumplimiento del principio de paridad de género en las elecciones de 2018.
Con ello, se estableció que los partidos políticos, debían registrar al menos en un 50 por ciento, a las mujeres en municipios para el puesto de elección popular. En cuanto a la paridad de género y de acuerdo al Iepac, en el proceso electoral 2017-2018, se registraron para el cargo a presidencias municipales, 219 mujeres y 265 hombres.
En torno al papel de la mujer en la vida política, Mariza Itzá Briceño (2012-2015) de Chumayel, Adelina Novelo Canché (1994-1995) de Teabo y Shanty Muñoz Alvarado (2015-2018) de Akil, primeras alcaldesas de sus respectivas comunidades, compartieron su experiencia al contender por el puesto de elección popular.
“La percepción de la gente era un poco cerrada, no había mucha aceptación y sí un poco de rechazo sobre todo de la gente mayor, quienes decían: cómo nos va a venir a gobernar una mujer”, externó Itzá Briceño.
Precisó que a pesar de ello, continuó en la contienda electoral donde en su segundo intento, logró la mayoría de voto y fue electa como la primera alcaldesa de Chumayel en el 2012, cuando apenas tenía 30 años de edad.
Por su parte, la maestra Adelina también platicó lo difícil que fue para ella como mujer contender por la presidencia municipal de Teabo; “fue muy difícil llegar a la presidencia, sobre todo en un pueblo donde jamás había gobernado una mujer”, añadió.
“Cierta ocasión en campaña, una persona me dijo: ¿Crees que voy a votar por ti?, ese lugar es de hombres, no de mujeres; otros también decían: ¿Cómo es posible que una mujer nos gobierne?, a mí no me va a venir a mandar una mujer”.
A pesar del rechazo del sector masculino, al llegar a la silla presidencial, Novelo Canché se ganó el respeto de la gente con el trabajo; “se requiere de carácter para sobrellevar ese tipo de situaciones, pero siempre fue un gusto haber trabajado por el pueblo”, precisó.
A la fecha, la mujer se siente orgullosa por abrir esa estrecha brecha para que más mujeres lleguen a la presidencia. Al término de su administración, le siguió la Mtra. Adriana Fernández Góngora (1995-1998); luego de 20 años, la Lic. Fabiola Loeza Novelo (2018-2021), asumió la presidencia, convirtiéndose en la tercera alcaldesa de Teabo.
Asimismo, Shanty Muñoz Alvarado, coincidió en los retos que representó el contender por el puesto de alcaldesa para Akil, “el hecho que una mujer los gobierne no era algo que vieran con buenos ojos, y no es por la persona, sino por ser mujer”, platicó.
“Al final, tuvimos esa oportunidad y pienso firmemente que tanto el hombre como la mujer tienen el mismo valor, merecen las mismas oportunidades y el respeto para trabajar por su pueblo”, aseguró.
“Siempre tuve en mente tratar de hacerlo lo mejor posible no solo por ser mujer, sino porque debemos trascender en la vida, dejar buenas huellas que me recuerden como una luchadora que supo y trató de hacer lo mejor por mi pueblo y sobre todo, sentar un precedente para que otras mujeres se abrieran paso en la política en los cargos públicos, que tengan esa oportunidad de crecimiento personal, laboral, político, como mujeres y como ente en una sociedad cambiante”, reafirmó.
Sin duda, la lucha de la mujer aún continúa en un mundo que marcha galopante; una sociedad regida por estigmas y prejuicios que lejos de ayudar, entorpecen el ideal de igualdad de derechos y oportunidades.
En vísperas de los 65 años de la aprobación del sufragio femenino, en la Comisión de Puntos Constitucionales, quedó establecido en el Código Penal del Estado, la violencia política en razón de género.
Así como se estableció en la Constitución del Estado, que los partidos políticos deberán destinar entre el 25% y 50% de su presupuesto anual para actividades de capacitación, promoción y desarrollo del liderazgo político de las mujeres.
Por Carlos Ek Uc