Yucatán

Madre de adolescente baleado en Chan Cenote lo sigue buscando en la milpa

Este jueves se le dio cristiana sepultura al menor de edad fallecido, a causa de un balazo, y familiares señalaron que se encuentran en total incertidumbre respecto a la situación del niño de 11 que disparó.
Foto: Efraín Valencia

La familia del joven asesinado por un niño en Chan Cenote desconoce qué sucederá con el caso, en tanto en la delegación de la Fiscalía General del Estado (FGE) en este municipio negó información al respecto.

La mañana del miércoles, un niño de 11 años mató accidentalmente a su sobrino de 16 en la comunidad de Chan Cenote cuando el primero jugaba con una escopeta calibre .20, según la versión dada oficialmente ese día por la Policía.

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En el momento del crimen, se informó que B. Ch. U de 11 años, quien vive en la comisaría de Tixcancal visitó a sus abuelos G. U. B y A. B. B, acompañado de su mamá M. M. U. B, sin embargo, al salir los adultos a realizar otras tareas, ocurrió el crimen.

Este jueves, uno de los familiares detalló a PORESTO! que B. Ch. U, quien fue de paseo con sus familiares, tomó la escopeta y quiso dispararle a una imagen que está en el almanaque, pero la bala se desvió porque la mira de la carabina está mal.

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La familia habla la lengua maya. Rodrigo, hermano de la víctima, dijo que se preguntan qué sucederá con B. Ch. U., “no sabemos si lo van a procesar, no sabemos nada”.

Dijo que M. U. B fue un hijo ejemplar, dedicado al estudio que en sus ratos libres ayudaba a papá, a mamá en el trabajo de campo. Agregó que el día del homicidio, todos salieron a ver la milpa, mientras que B. Ch. U y M. U. B, se quedaron a hacer sus tareas escolares.

Rodrigo mencionó que su mamá no asimila que su hijo esté muerto, e incluso cuando se les preguntaba sobre lo que ocurrió, llorando la mujer salió de su humilde hogar rumbo a las milpas, donde piensa que puede ver nuevamente a su pequeño pues era el lugar donde acostumbraba a ir con sus otros tres hermanos y su padre a ganarse la vida.

Dijo que la muerte ocurrió por un descuido y atribuyó a que los niños no comprenden sobre el peligro de las armas, piensan que es un juguete.

Le dan cristiana sepultura 

Cerca de las cinco de la tarde de este jueves, el cuerpo de M. U. B. fue entregado a su padre para ser trasladado a la Comisaría de Chan Cenote, lugar donde se llevaría el sepelio y posteriormente el entierro a las ocho de la noche en el panteón local.

Todos son víctimas

Al respecto, el abogado penalista, Carlos Daza Gómez, explicó que el menor responsable no enfrentaría un proceso penal, sino que recibiría tratamiento para afrontar el trágico suceso, pues él y su familia son considerados víctimas.

El presidente del Colegio de Profesores de Derecho Penal de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) dijo que al dueño del arma sí se le podría fincar el delito de homicidio culposo por dejarla al alcance del niño e incumplir con el debido cuidado del instrumento.

El especialista amplió que, al ser menor de 14 años, el niño es inimputable, lo que quiere decir que no se le puede considerar penalmente responsable del suceso y se le tendría que brindar un tratamiento para menores, psicológico y de apoyo.

“Se consideraría el de la responsabilidad penal al dueño del arma, en este caso la escopeta, y se le podría imputar el delito de homicidio culposo por no tomar las precauciones debidas, porque no debería de estar al alcance de nadie, sino en debido resguardo”, dijo.

“En este caso, el menor es un instrumento y es inimputable, el que enfrentaría un proceso judicial es el dueño de la escopeta”, expuso.

El especialista expuso que al parecer en este caso no hay dolo y más bien podría verse como un accidente en el que está involucrado el menor, porque él nunca tiene la voluntad de matar.

Quien se descuida, reiteró, es el dueño del arma de fuego y a éste se le fincarán las responsabilidades, pero, por como luce el hecho, sería por homicidio culposo, porque no hubo intención.

“El dueño de este instrumento lo que hizo fue incumplir con un deber objetivo de cuidado”, señaló Daza.

Ahora, comentó, la Fiscalía del Estado es la que deberá hacer la investigación pertinente, pero el niño de 11 años no enfrentaría ningún proceso y la Procuraduría de Defensa al Menor sería la encargada de determinar el seguimiento psicológico para él y sus familiares.

“En realidad el menor es un instrumento carente de voluntad en este hecho y más bien es una víctima, como sus familiares que se ven impactados por el suceso. Para el pequeño hay una afectación severa por la que debe recibir tratamiento”, reiteró.

Por Efraín Valencia / Edwin Farfán/ David Rico