Yucatán

Hasta 630 mil pesos pagan jóvenes de Oxkutzcab para cumplir sueño americano

Migrante desvela la operación de una banda de polleros, el precio y los riesgos por querer una mejor vida
Foto: Cuartoscuro

En Oxkutzcab opera una red de polleros que promete a los habitantes llegar a Estados Unidos; los costos van desde los 12 mil dólares (252 mil pesos en la actualidad) con la advertencia de que hay un 50 por ciento de no lograrlo, pero también si se quiere viajar más seguro para que no te secuestren delincuentes del narcotráfico, el pago asciende a 30 mil dólares (630 mil en la actualidad).

Noticia destacada

Yucatán tiene mil 70 casos activos de COVID-19

Noticia destacada

Vinculan por encubrimiento a madre de los menores que fueron agredidos en Kanasín

Un joven migrante, quien pidió el anonimato, cuenta a POR ESTO! todo el recorrido que realizó desde Oxkutzcab hasta cruzar la frontera hacia Estados Unidos como ilegal, y las vicisitudes a las que se enfrentó, pero para proteger su integridad se reservó a dar su nombre.

“Si te quieres ir, lo primero que debes hacer es contactar al coyote y preguntar cuánto te cuesta el viaje, aquí todos saben quiénes se dedican a eso, pero no puedes decirlo” corta al iniciar la entrevista.

El oxkutzcabeño ya realizó este trayecto en dos ocasiones, ahora por la pandemia está pensando de nueva cuenta aventurarse, pero ya no es el mismo joven que se fue la primera vez, hay más temores y el costo es muy elevado.

Por cruzar a Estados Unidos le están pidiendo 12 mil dólares y el riesgo de no lograrlo es de un 50 por ciento, además le dijeron que si deseas que sea más seguro le costará 30 mil dólares porque se tiene que pagar a los cárteles por cruzar su territorio, o de lo contrario corre el riesgo de ser secuestrado.

En el año 2002, con apenas 17 años, fue la primera vez que se fue a Estados Unidos, le cobraron mil 700 dólares, sin embargo, para amarrar el trato tuvo que pagar por adelantado cinco mil pesos.

El día que le dijeron que se irían, un taxi colectivo lo trasladó a Mérida, junto a otras personas de la comunidad, donde tomaron un vuelo hacia Hermosillo, Sonora, pero el coyote no viajó con el grupo de migrantes, ya que en el aeropuerto otro coyote los recogió y en camión los llevaron hasta Agua Prieta donde fueron alojados en un hotel durante cinco días.

“Era el quinto día, el guía llegó como a las 10 de la noche y nos dijo que empezaríamos a caminar, así que todos llevábamos nuestras mochilas con agua, comida enlatada, pan y pastillas para el dolor; iniciamos el recorrido atravesando ranchos hasta llegar a un túnel con aguas negras, donde nos metimos para esperar que nos recogiera un camión, pero nunca llegó”

“Nos tuvimos que regresar al hotel, pero en el trayecto unas personas nos asaltaron, parecía que tuvieran un acuerdo con el guía porque nos decía ‘den todo para que no les pase nada’” narró el joven.

Tuvieron que esperar nuevamente cinco días en el hotel hasta que se trasladaron al túnel de nueva cuenta, pero antes de que el camión fuera por ellos, les dijeron que la cuota subiría y con tal de llegar a su destino todos aceptaron, así que los metieron a un camión sin ventilación y ubicados en un espacio muy estrecho.

Al final llegaron a Phoenix, Arizona, allí se comunicaron con los familiares para que terminaran de depositar el dinero y una vez que les aseguran que tienen el efectivo, ya te liberan o trasladan a casa de algún familiar.

El oxkutzcabeño no tuvo mucha suerte con el trabajo ya que no cumplía con la mayoría de edad en Estados Unidos, por lo que solo lo empleaban en un restaurante cuatro horas al día, por lo que al no lograr nada, se regresó poco tiempo después.

En el 2008 nuevamente realizó el viaje, en esa ocasión pagó tres mil dólares y estuvo acompañado de un tío, en esa ocasión se fue ante la falta de empleo y ver que no tenía nada para ofrecerles a su esposa y su primer hijo en ese entonces.

“Cuando tuvimos que brincar la barda fronteriza, mi tío comenzó a presentar asma y los coyotes se enojaron mucho, nos insultaron y dijeron que lo iban a dejar ahí, pero les dije que yo también me quedaría y fue cuando aceptaron que continuáramos, y unas personas me ayudaron a cargarlo.”

El pago lo proporcionó su cuñado, quien radica en los Estados Unidos y de esa manera logró instalarse de nuevo en el vecino país.

Comenzó a trabajar y a enviar dinero a su familia, logrando construir su casa, comprar un terrenito y decidió regresar para ver a sus hijos, ahora trabajaba como tortillero y está todavía pensando si realiza o no otro viaje.

Roberto Hernández